Buenas noticias desde China: vuelve a comprar aceite de soja

Al menos en el aspecto comercial, la gestión de Héctor Timerman en la Cancillería comenzará con una buena noticia. En las próximas horas, el Gobierno chino confirmará que retomará, aunque sea de una manera austera, las compras al país de aceite de soja, con lo que culminará un boicot que duró más de tres meses. Como contrapartida, también ayer se le abrió al nuevo ministro un foco de conflicto comercial, nuevamente por una traba paraarancelaria decidida unilateralmente por Guillermo Moreno. El secretario de Comercio ordenó ayer prohibir el ingreso de frutas enlatadas (especialmente duraznos) provenientes de Grecia, país que inmediatamente realizó una protesta diplomática formal y que recurriría a las autoridades de la Unión Europea (UE) para encarar el conflicto.

Según los datos que se manejaban este fin de semana en el Ministerio de Relaciones Exteriores, China ordenará una operación de importación por unos u$s 200 millones, rompiendo un boicot que comenzó la primera semana de abril. La cifra es muy lejana, por ahora, a los u$s 2.500 millones en promedio que se esperaban vender al mercado oriental este año, pero reabre las esperanzas para retomar este tipo de operaciones. Hasta la renuncia de Jorge Taiana de la semana pasada, los funcionarios de la Cancillería argentina mantenían las negociaciones con el Gobierno de Hu Jintao bien encaminadas, pero aún sin solución; aunque se esperaba que para el 13 de julio, cuando Cristina de Kirchner visite Pekín, el conflicto esté cerrado. La decisión china de las últimas horas parecía apuntar a dar una buena señal.

El anuncio unilateral y sin registro por escrito de prohibir los ingresos de duraznos griegos por unos u$s 2,4 millones llevó al Gobierno del país europeo a reclamar ayer oficialmente a la administración de Cristina de Kirchner que cumpla con los acuerdos y compromisos internacionales.

La traba a esta importación se dio después de haberse denunciado que estos envíos se encontraban fuertemente subsidiados por el país de origen, aunque sin abrirse una investigación por dumping contra Grecia. La decisión morenista se ampararía en un pedido personal realizado por el gobernador de Mendoza, Celso Jaque, que se habría comunicado con el funcionario para protestar por los problemas de competitividad que tendrían los productores y embajadores de duraznos de esa provincia, y la necesidad de trabar el ingreso de los enlatados, al menos momentáneamente. El secretario de Comercio Interior dio rápidamente luz verde al pedido, bajo el esquema de las trabas informales a las importaciones de alimentos que realiza habitualmente, pese a que desde todos los costados de la administración nacional se desmintió que algo así suceda. La queja oficial griega fue expresada oficialmente por el viceministro de Relaciones Exteriores, Spyros Kouvelis, al embajador argentino Jorge Alejandro Mastropietro. Según declaró a través de un comunicado el diplomático griego, «en un período de crisis, la supervivencia de los productores está en juego» y que «el Gobierno griego espera gestos de apoyo de parte de un Estado amigo como la Argentina».

Desesperado por mejorar sus ingresos en medio de la crisis por su inmensa deuda pública, el Gobierno griego indicó al embajador argentino en Atenas que la cancelación de la orden de compra constituía un duro golpe para los productores del país europeo y exigió una rápida solución al tema. «En todo caso, ese tipo de gesto se basa en los acuerdos y compromisos internacionales existentes», continúa el texto en el que Grecia pide a la Argentina que cumpla con los pactos comerciales firmados.

Grecia amenazó ayer además en concurrir ante la Unión Europea (UE) para denunciar a la Argentina por las trabas, a horas del comienzo formal de las negociaciones entre el Mercosur (del que la Argentina ejerce hasta julio la presidencia pro témpore) y ese bloque. La queja griega en contra de la Argentina se sumaría a otras formales que llevarían España, Italia y Francia; en todos los casos, por las aplicaciones de las restricciones informales que Moreno estaría aplicando para la comercialización de productos alimentarios importados.