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Buitres ahora avanzan sobre empresas brasileñas en crisis
• FONDOS ELLIOTT Y AURELIUS COMPRAN ACCIONES DE PETROBRAS, Y OIBR Y TIM (TELECOMUNICACIONES)
Como se trata además de compañías que cotizan en la Bolsa de San Pablo (OIBR opera incluso en el NASDAQ de Nueva York), están permanentemente azotadas por las consecuencias de la mala hora de la Bolsa del país vecino, lo que provocó que permanentemente aparezca como uno de los pocos demandantes de acciones de estas empresas cuando, como ayer, la oferta de acciones supera a la demanda. Fuentes del mercado brasileño aseguraban a este diario que Elliott opera a través de tres o cuatro agentes de la Bolsa paulista, y que a esta altura ya es claro el momento en que sus órdenes de compra aparecen. Es cuando las acciones de algunas de las empresas más importantes de Brasil tocan sus pisos técnicos. En general, se trata de compras menores, salvo en los casos de Petrobras, Tim y Oi, en los que el avance parece más constante y estudiado, lo que lleva a pensar a los operadores (y al Gobierno brasileño) que la intención de Elliott es la de obtener una posición preeminente como accionista para operar sobre las conducciones de las tres empresas.
Singer, el hombre del "juicio del siglo" contra la Argentina, hace deslizar en San Pablo (y en Nueva York) la versión de que en realidad se trata de compras de acciones fruto de la confianza en alzas futuras y la convicción de que el precio de las empresas en las que invierte se encuentra bajo. Sin embargo, su historial lo delata. Son constantes sus operaciones de compra de acciones de empresas privadas en crisis, para luego influir en el directorio y eventualmente partir la compañía en varias unidades y vender las partes. Es lo que desde hace varios años intenta hacer con el grupo mexicano Vitro, donde mantiene una disputa histórica con Fintech, de David Martínez.
El caso más preocupante para Brasil es el de Petrobras. Se especula con que Singer (junto con otros fondo buitre como Aurelius, del discípulo de Singer Mark Brodsky) ya podría detentar el 5% de las acciones de la petrolera que cotiza en Nueva York. No se trata de una mayoría, ni mucho menos, pero sí de una posición relevante entre los inversores privados institucionales. Singer y Brodsky tendrían como intención de máxima, con el tiempo, llegar a convencer al 25% de los tenedores de deuda de Petrobras en Nueva York (serían aproximadamente unos u$s 560 millones de deuda, de los cuales se supone que el fondo domina unos u$s 150 millones), para forzar un pedido de adelanto en el pago de dividendos. Según analistas de Wall Street, si lograra el apoyo de ese 25% de los accionistas podría reclamar por incumplimientos de la petrolera en cuanto a las reglas de la denominada IASB (International Accounting Standard Board), derivadas de las denuncias de corrupción dentro de la empresa y las pérdidas que estos actos reconocidos por la propia petrolera provocaron en sus balances.
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