El feriado de ayer colocó un paréntesis inmediato a lo que se constituyó como un muy rendidor comienzo de la semana. No sin desconocer que la unión de variables del lunes excedió toda predicción previa -y lógica- tanto en las ganancias del Merval, más del 2 por ciento, como en el cúmulo de negocios logrados en títulos privados -que marcó una buena suma de $ 65 millones- que armaron la mejor presentación de julio. Ayer, no solamente el indicador local se llamó a silencio, sino que el Bovespa -por feriado de San Pablo- tampoco estuvo dentro del circuito. Acaso para el recinto de Brasil fue una buena pausa, a juzgar por sus permanentes y ya peligrosas declinaciones en el ejercicio. En los demás referentes, el Dow Jones volvió a sumar -el 0,5 por ciento- tomándose solamente de un balance llegado de ALCOA, que derramó onda positiva (a inicios de temporada de llegada de estados contables). Y en Europa se verificó un "mix" de signos positivos, con otros en descenso, mejorando los asiáticos después de fuertes derrapes. La jornada de hoy tiene como objetivo principal el de ratificar lo hecho el lunes para darle continuidad y generar mayor entusiasmo, no dejando que quede como un hecho aislado el bien positivo resultado de la fecha anterior. Argumentos, como siempre, son los que son difíciles de determinar, tanto como ver un mejor caudal de órdenes de manera repentina. Si todo se resume a que la plaza repunte porque viene de fuertes descensos en mayo y junio, los alcances pueden quedar en terreno limitado. Y expuestos a tomas de ganancias que salgan al ruedo a realizar cosechas inmediatas. La rueda de esta tarde tendrá que demostrar que lo hecho el lunes merece atención. La Bolsa, ansiosa.
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