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Cartagena de Indias unió arte y técnica en un magnífico congreso
Esta sería, en grandes trazos, la principal conclusión que dejó el V Congreso Internacional de Arte en el Caribe titulado "Las Poéticas del Tecnos, Arte y Tecnología", que durante tres días reunió en esta ciudad bellísima de Colombia a destacados artistas, fotógrafos, semiólogos y estudiosos de esa relación siempre en debate: arte y tecnología.
El Congreso abrió con la destacada exposición del fotógrafo y artista venezolano Antonio Briceño, quien hizo un recorrido por las principales exhibiciones de su obra, de las más de 40 individuales y 80 colectivas que ya ha presentado, poniendo el acento en las posibilidades creativas de los nuevos recursos digitales en la fotografía.
Con un ojo puesto en la biología, la ecología y la antropología, y el otro en las técnicas que, sin hacerle perder carácter documental a su obra, le permiten alcanzar una dimensión estética diferente cada vez, Briceño mostró sus trabajos sobre los "Dioses de América", "Amazonas del mundo", "Las Plañideras", "520 Renos", entre los últimos que han viajado de Caracas, Venezuela a Miami, en los Estados Unidos, pasando por Hungría, Suecia, Alemania y otros países. Una anécdota: en Finlandia a raíz de su trabajo fotográfico que hizo a pedido de ese país supo que existen 520 palabras diferentes para decir "reno". La lengua es para el pueblo sami más importante que toda otra cosa. De allí que su obra tuvo que dar un giro para satisfacer lo que los habitantes de Laponia querían contar al mundo.
Briceño es un reconocido fotógrafo y artista plástico que ya representó a Venezuela en la Bienal de Venecia de 2007 y se prepara para desembarcar por primera vez en la Argentina con "Las Plañideras", su trabajo más autobiográfico donde también experimentó con la videoinstalación sonora.
La música por computadora, el papel que juegan los instrumentos en la creación de sonidos musicales, el poder del sonido, la funcionalidad musical fueron algunos de los temas que el compositor y artista colombiano Juan Reyes trató en su intervención sobre "Canciones de máquina, los roles del intérprete y el instrumento musical". Reyes habló sobre la magia del sonido y los efectos infinitos de la música, a la par que se quejó un poco sobre la dificultad que los artistas que hacen música por computadora tienen para hacerse respetar en la competitiva industria musical y discográfica. La presentación del colombiano Eduardo Hernández fue una catarata de reflexiones sobre el lugar que la imagen ocupa hoy en la sociedad, cuando expresó que, en materia artística desde la fotografía, "la construcción de sentido no está en la fotografía ni en el investigador, sino a mitad de camino".
Sin duda fue el catalán Pere Salabert, la estrella de la jornada, con su intervención titulada "Tecnopoiética. De la repetición técnica a la técnica de la creación", quien cosechó la atención de la concurrencia. Apoyado en imágenes de obras maestras de la pintura, Salabert dijo: "Pienso acerca del arte y entiendo la estética como un pensamiento sobre la sensibilidad humana y la experiencia humana frente al arte. Allí comienza la relación del hombre y el arte. El conocimiento viene después".
El británico Bond, Jez Bond, que nada tiene que ver con el agente 007, realizó en su presentación una minuciosa recorrida sobre la evolución del teatro y su vínculo con la tecnología desde la Antigua Grecia. Concluyó que, de todos modos, lo que sigue siendo más importante es la historia que se quiere narrar. Sin ello, la tecnología no suple lo que falta. Uno de los platos fuertes del congreso fue la colaboración artística entre el homenajeado del encuentro, el artista plástico cartagenero residente en Londres, Oswaldo Maciá, quien creó una instalación sonora extraordinaria junto con el Colegio del Cuerpo, cuyo director es el coreógrafo Alvaro Restrepo, generando una experiencia sensorial original y conmovedora.
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