11 de julio 2016 - 00:21

Crecen las protestas en EE.UU. contra la brutalidad policial

Los asesinatos de dos afroestadounidenses en Luisiana y Minnesota, más el ataque de un francotirador a efectivos en Dallas, derivaron en una crisis social. Un enorme desafío para la clase política.

tensión. Los choques en Baton Rouge (izquierda) fueron especialmente duros. Allí fue detenido un líder negro local,  DeRay Mckesson (arriba).
tensión. Los choques en Baton Rouge (izquierda) fueron especialmente duros. Allí fue detenido un líder negro local, DeRay Mckesson (arriba).
 Nueva York - Varias ciudades de Estados Unidos vivieron ayer otra madrugada de tensión y violencia, cuando miles de personas salieron a las calles a protestar contra los últimos casos de gatillo fácil policial contra negros y fueron reprimidos, con un saldo final de alrededor de 250 detenidos y cinco oficiales con heridas leves.

La escalada se hizo tan evidente que el presidente Barack Obama decidió acortar un día su visita de Estado a España y volver a Estados Unidos (ver nota aparte). Desde Madrid, el mandatario reiteró que la violencia policial es "inaceptable" y afirmó que lo que está sucediendo en los últimos días "es parte de la tradición del país", una referencia a la histórica segregación.

Manifestantes salieron en la noche del sábado a las calles en Nueva York, Los Angeles y San Francisco. Pero uno de los momentos más tensos se vivió en la ciudad de St. Paul, en Minnesota, donde cientos de personas marcharon para pedir justicia por la muerte de Philando Castile, el ciudadano negro que murió, sentado en su auto, al lado de su novia y su hija pequeña, acribillado por un policía blanco durante un control de tránsito.

Según la Policía, que intentó dispersar la protesta con bombas de humo y gas lacrimógeno durante horas, al menos 100 personas fueron detenidas, la mitad de ellas por bloquear una autopista.

Los manifestantes respondieron a la represión policial lanzando petardos, piedras y botellas y, según un comunicado de la Policía, cinco oficiales sufrieron heridas leves.

La muerte de Castile fue el desencadenante de una nueva ola de protestas raciales, junto a la de Alton Sterling, un hombre negro al que dos policías blancos dispararon el martes a quemarropa cuando ya lo tenían reducido en el suelo en Baton Rouge, estado de Luisiana.

Tanto los oficiales que mataron a Sterling como el que acribilló a Castile fueron suspendidos y las autoridades locales y nacionales prometieron una investigación federal a fondo. Sin embargo, numerosas absoluciones de policías acusados de gatillo fácil en los últimos meses despiertan una desconfianza inmediata en las comunidades afroestadounidenses.

Por eso, Baton Rouge fue escenario el sábado a la noche nuevamente de una de las mayores marchas del país, que terminó también en represión y numerosos arrestos.

Según el movimiento Black Lives Matter (Las vidas de los negros importan), 125 personas fueron detenidas por protestar, entre ellas uno de los líderes más importantes del movimiento, DeRay Mckesson, quien trasmitía en vivo todo lo que sucedía en la calle con su teléfono a través de las redes sociales.

Las protestas contra la brutalidad y el racismo institucional que una y otra vez exhiben las policías de las ciudades y estados también se multiplicaron en San Antonio (Texas), en Chicago, Nueva York, Washington, Atlanta y Miami. En la mayoría no hubo incidentes, aunque en la Gran Manzana la negativa de los manifestantes a abandonar las calles se saldó con 20 detenciones.

En Dallas, en tanto, la tensión aún se sentía a tres días de la masacre de cinco policías a manos de un exsoldado, que se instaló como un francotirador el jueves pasado y disparó contra las fuerzas de seguridad durante una manifestación convocada por Black Lives Matter.

Una falsa alarma desató ayer un masivo operativo de seguridad alrededor de la sede de la Policía local y desalentó cualquier posible protesta callejera.

Desde España, donde se encuentra en visita oficial, Obama reivindicó el trabajo de la Policía de Dallas y dijo que esa fuerza está intentando mejorar su relación con la comunidad afroestadounidense, "como pide Black Lives Matter". No obstante, también pidió terminar con los abusos y el racismo.

"Quiero que todas las partes se escuchen los unos a los otros", dijo Obama en conferencia de prensa en Madrid junto al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.

"Espero que todos los que están en ese movimiento (negro) y otras organizaciones de derechos civiles mantengan un tono respetuoso porque así es como van a ganar el cambio", apuntó. No obstante, el presidente subrayó que espera que "las organizaciones policiales también respeten las frustraciones que la gente de estas comunidades sienten, y que no desestimen las protestas y reclamos".

En lo que va del año, 506 ciudadanos murieron por disparos de policías en servicio en todo el país, entre ellos 123 negros.

Muertes como éstas no son nuevas en Estados Unidos; sin embargo, desde el asesinato de Michael Brown, un joven negro de Ferguson, Misuri, a manos de policías blancos en agosto de 2014, las comunidades afroamericanas decidieron salir a reclamar justicia y cambios reales.

Agencias ANSA, EFE, AFP y Reuters,


y Ámbito Financiero

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