1 de noviembre 2010 - 00:00

Dilma se apoya en un PT renovado y una bancada fuerte

Brasilia - El Partido de los Trabajadores (PT) recuperó su peso en el Parlamento, se afirmó como la «mayor fuerza de izquierda de América» y será «crucial» para el Gobierno de Dilma Rousseff, quien contará con un respaldo legislativo mayor que Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó André Vargas, secretario del PT.

«El PT será crucial en el Gobierno de Dilma, porque ella tendrá el apoyo de la primera bancada en la Cámara baja, donde elegimos 88 diputados, y un bloque fuerte en el Senado, donde elegimos 13 compañeros», aseguró Vargas.

«Además de que el PT creció en diputados, y tiene gobernaciones importantes como Bahía y Río Grande do Sul, en la primera vuelta fueron electos once gobernadores de nuestra alianza», añadió.

«Dilma no hará un Gobierno petista, hará un Gobierno de coalición con el PMDB (Partido Movimiento Democrático Brasileño) y otros partidos como el PSB (Partido Socialista Brasileño), lo que nos dará la supremacía en el Congreso; eso es base de sustentación enorme», pronosticó el dirigente petista.

El PMDB integra la fórmula presidencial con Michel Temer, candidato a vice de Rousseff, y es considerado el partido con más poder institucional de Brasil, ya que detenta el mayor número de senadores y varios gobiernos estaduales.

Desde 2007, los «pemedebistas» se sumaron al segundo Gobierno de Lula iniciado aquel año, luego de algunos de sus principales dirigentes se habían alineado con la oposición en el primer mandato (2003-2006).

«¿Si consideramos al PMDB como un partido de centroderecha, es posible que ese partido apoye una agenda progresista como la que propone el PT?», se le preguntó. «Yo llamaría al PMDB un partido de centro, no de centroderecha, y además el programa del PT y de Dilma no es un programa radical; nosotros no vamos a empujar para que se haga una reforma agraria radical ni para que se haga una reforma política radical, ni cambios radicales en economía», apuntó.

Sergio Guerra, titular del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña, José Serra, afirmó que Rousseff no está en condiciones de hacer un buen Gobierno por su falta de experiencia política y porque el PT recela de ella, ya que sólo se afilió al partido a comienzos de la década de 2000, tras haber pertenecido al Partido Democrático Laborista (PDT), que tuvo algunas disputas con el PT.

Rui Falçao, coordinador de la campaña de Rousseff, refuta el «argumento de antigüedad» invocado por sus adversarios del PSB.

«Dilma es tan petista como cualquier otro dirigente que esté desde el 80. En el PT no medimos a las personas por su antigüedad, sino por su compromiso con el proyecto político que estamos construyendo», afirmó Flaçao.

En 2005, el presidente del PT, José Genoino, y los principales dirigentes de la agrupación renunciaron a sus cargos, sospechados de corromper a legisladores y financiar campañas con dinero ilegal, en un caso conocido como el escándalo del «mensalao», porque, al parecer, los pagos secretos ocurrían una vez al mes.

El hecho causó una crisis interna, agudizó las tensiones entre los dirigentes de San Pablo y el resto del país y afectó la imagen ante los electores, debido a lo cual se redujeron sus bancadas en el Congreso.

Rui Falçao asegura que su partido «ha superado por completo aquel período, hubo elecciones internas en las que se legitimó la nueva conducción y demostramos que prevaleció la unidad».

André Vargas refuerza la tesis de su correligionario.

«Hoy el PT tiene 1,3 millón de afiliados, es el partido con mayor capacidad de movilización, el mayor partido de masas de Brasil y la fuerza de izquierda más importante de América», aseguró.

Agencia ANSA

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