13 de diciembre 2023 - 00:00

EE.UU.: boom del mercado de los recuerdos del cine

Se subastarán este fin de semana en Los Angeles más de 20.000 piezas. La más cara, la cabeza de E.T., de Spielberg, que superaría el millón de dólares.

memorabilia. Con ornamentación navideña, la casa Julien’s Auction expone los objetos que subastará.
memorabilia. Con ornamentación navideña, la casa Julien’s Auction expone los objetos que subastará.

En 1977, durante la dictadura, se estrenó la segunda versión del clásico de cine fantástico “King Kong”, protagonizado por Jessica Lange (su debut, en las manazas del gorila gigante) y producida por Dino de Laurentiis. A diferencia de la obra maestra de 1933, en blanco y negro y con muchos de sus fotogramas dibujados a mano (obra de Ernest B. Schoedsack y Merian C. Cooper), este nuevo King Kong elegía un edificio signado por un trágico fatum para escalar: ya no lo hacía, como en la primera versión, en el Empire State Building, sino en el World Trade Center, es decir, las Torres Gemelas.

Pero vayamos al punto de la cuestión: el rechazo de la crítica por esta nueva encarnación del legendario simio fue tan grande como exitosa fue la película en los cines del mundo, incluido nuestro país. Tanto es así que algunos empresarios, quizá tan sedientos de oro como aquel que comandaba la expedición en la ficción del film para llevar a Kong desde su isla a Nueva York, planearon giras mundiales con el gran muñeco, y que la gente lo pudiera ver en persona.

El último lugar al que llegó (la gira “en vivo” no fue tan exitosa como la película, ni mucho menos) fue Buenos Aires: primero lo exhibieron en la Rural, y después, durante el verano, en un circo marplatense, donde quedó olvidado. Tan así quedó que cuando los turistas pasaban por el lugar, una vez finalizado el período de shows podían ver la cabezota del mono echándose a perder, apolillándose, hasta que la retiró la municipalidad. No se puede afirmar a ciencia cierta si ese modelo fue el auténtico, el utilizado en la película (no era época de efectos computarizados, los efectos especiales eran rudimentarios con los ojos de hoy), pero lo que sí es seguro que quien lo desdeñó de esa forma perdió una pequeña for-
tuna. Hoy, con el auge y la explosión de la memorabilia del cine, esa cabeza cotizaría muy alto.

Como quedó evidenciado en las últimas décadas, el mercado de los recuerdos (la “memorabilia”) y el vestuario cinematográfico se ha disparado con artículos de películas famosas que se venden habitualmente hasta por siete cifras. La próxima subasta, “Leyendas de Hollywood”, durará cuatro días a partir de mañana, y tendrá centro en Los Angeles, aunque también se podrá pujar online. La organizan Julien’s Auction junto con Turner Classic Movies. Saldrán a la venta más de mil piezas del cine y la televisión.

La más cara del catálogo es el modelo mecánico animatrónico de la cabeza de “E.T. El extraterrestre”, de Steven Spielberg, que podría superar el millón de dólares. El diseño fue del mago italiano de los muñecos “animatronic” Carlo Rambaldi, el mismo que en 1977 creó que la cabeza de King Kong y en 1980 el monstruo de “Alien”. Afortunadamente, y a diferencia de Kong, como se contaba al principio, la cabeza de E.T. se consevó.

Sin embargo, el destino fatal de la testa del gran gorila no fue el único. Durante muchos años, los estudios de cine o bien tiraban a la basura la utilería utilizada en sus films, o bien la reciclaban en otros objetos. Nadie pensaba entonces en las fortunas que llegarían a costar en el mercado de la memorabilia.

Bob Burns, un coleccionista de Burbank, fue entrevistado una vez por Los Angeles Times, y contó que unos amigos habían dejado gran parte del decorado original de Alien en el jardín de su casa como decoración de Halloween. Lo habían encontrado entre los desperdicios del estudio productor de la película.

También se subastarán este fin de semana la bata, la camiseta y los lentes que usó Jeff Bridges en “El gran Lebowski”. La la bata y la camiseta están tasadas entre 30.000 y 50.000 dólares, y los lentes de sol entre 20.000 y 30.000 dólares. Al paquete del mismo film de culto, que tiene una legión de devotos, se sumarán los bolos de bowling con caricaturas y la firma de Bridges, y páginas originales del guión gráfico de la película de 1998.

Más allá del cine, la subasta también comprenderá la blusa que la Lady Di usó en el retrato de su compromiso en 1981 (100.000 dólares de base). Y, más cinematográficamente, saldrá a remate la chaqueta que Audrey Hepburn usó en “Charada” (1963), el film de Stanley Donen en que compartió cartel con Cary Grant, y la computadora de Sarah Jessica Parker en la serie “Sex and the City”, son algunas de las piezas más llamativas a disposición de los fanáticos y compradores.

Según la subastadora, todos estos objetos y prendas “representan activos mucho más divertidos que tener fondos o acciones o cualquier otro bien en un portafolio de inversiones”. Desde luego, en países donde hay plata.

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