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El Gobierno llega a los u$s 10.000 M de superávit
Será en septiembre. Ayudan soja y autos. El costo para arribar a la meta fue trabar importaciones
Los datos que alentaron al equipo de Economía que maneja Hernán Lorenzino, es que en agosto el saldo entre ventas y compras al exterior se ubicaría cerca de los u$s 1.000 millones. Se mantendría así el saldo promedio que se viene manifestando desde febrero pasado y que llevó a acumular hasta julio un resultado positivo de u$s 8.350 millones. Esto implica que para septiembre, la balanza arrojaría un saldo a favor acumulado de aproximadamente u$s 9.500 millones, con lo que en septiembre la meta de los u$s 10.000 millones estará asegurada. Si se mantuviera entre octubre y noviembre el mismo ritmo, algo muy posible, se completaría el resultado de u$s 12.000 millones. Se superarían incluso los u$s 10.014 millones de 2011, la pauta original que el Gobierno quería garantizar.
Dos datos alientan la perspectiva positiva para esta variable. Según el cálculo oficial, aún restan liquidar exportaciones de soja por unos u$s 9.000 millones, que representan un 24% aproximado del total de la cosecha anual. Más allá que los productores estén en plena etapa de especulación sobre el mejor momento y el mejor precio para liquidar las ventas de los commodities; se cree dentro del Gobierno que no podrán esperar más allá de octubre o noviembre, y que podría haber cierta estabilidad en los actuales precios de la soja dentro de 640 dólares la tonelada. Se espera además una mejora sustancial desde este mismo mes en cuanto a un aumento en las ventas hacia Brasil, especialmente en el rubro automotor. Según los datos que llegan desde Brasilia, había un repunte leve pero sostenido en la economía del país vecino, lo que repercutiría en una mejora en los pedidos de unidades desde ese mercado. El rubro vehículos para transporte de personas fue lo más perjudicado en el año, con lo cual una recuperación será más que bienvenida.
El saldo positivo en la balanza comercial tiene su costado negativo. Para lograrlo el Gobierno le dio luz verde al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, para que aplique su ley seca para las importaciones. Así, mientras el acumulado anual hasta julio de exportaciones llega a una caída del 1%, el de las compras del exterior alcanza al 5% de baja, y creciendo. En lo que va del año, las ventas externas llegan a los 47.029 millones (contra los u$s 47.371 millones de 2011) mientras que las compras fueron de u$s 38.679 millones (u$s 40.909 millones). La política morenista no logró discriminar en su acción uniforme entre importaciones productivas y de consumo, llegando incluso a mostrar una caída del 19% acumulado en las compras de bienes de capital y del 6% en bienes intermedios, los dos ítems que se relacionan con la necesidad de sostener la producción nacional. Los bienes de consumo final, los que en teoría sí molestarían a los fabricantes locales, bajaron un 11%.
El problema más importante para la balanza comercial está concentrado en el capítulo de combustibles y lubricantes. En lo que va del año, el Gobierno importó por u$s 6.250 millones, y se estima que para todo 2012 la cifra superaría los u$s 11.000 millones. Si incluso la economía se recuperara aún más, la cifra sería mayor. Las exportaciones fueron débiles y completaron hasta julio unos u$s 3.791 millones; lo que implica un déficit acumulado de u$s 2.459 millones, cifra que podría superar largamente los u$s 4.000 millones en el año.
Economía está hoy en medio de un cálculo central: saber cuál será el saldo final de este déficit de combustibles y calcular a cuánto llegará la cifra en 2013, número que deberá estar estimado en el proyecto de Presupuesto nacional que este mismo mes Hernán Lorenzino tendrá que presentar en el Congreso. Algunas voces dentro del Palacio de Hacienda hablan de un u$s 7.000 millones. Algunas miradas se dirigen hacia el titular de YPF, Miguel Galuccio, para determinar si la cifra puede ser mejorada.
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