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El heredero de Pepe Carvalho vive muchas vidas en una sola vida
Narrador, guionista y poeta, el elegido por la familia de Vázquez Montalbán habló de su nueva novela.
P.: Las peripecias durante seis días y siete noches tienen algo de tour.
C.Z.: Y de la constitución de un universo: y "el séptimo descansó". Son los pasos que lo llevan a transformarse. Este taxista parece alguien que puede hacer lo que quiera, que le da igual ir a un sitio que a otro, que va donde le dicen, metáfora de lo que le va por dentro. Está a la deriva por dentro y por fuera. Se deja andar por la ciudad, con gente de toda clase, sin una meta propia o siendo esa su meta, y la no rutina acaba siendo una rutina terrible. Lo sé bien porque mi padre y mi abuelo fueron taxistas. El caos del tráfico lo lleva a ideas apocalípticas, a una lluvia que barra con todo. Si siempre explican cosas y opinan de todo es porque quieren que tengas la sensación de que son seres humanos, no robots. Por eso se aferran a la radio, a lo que piensan de lo que se dice, a la música que les gusta y que le imponen al pasajero. Sandino, por caso, es el sobrenombre que surge de su devoción a un disco de The Clash. Eso lo vuelve raro, como que en vez de leer la prensa deportiva lee libros.
P.: ¿Por qué esa referencia a un clásico del punk británico?
C.Z.: Tengo que saber a qué suenan mis novelas para saber qué tipo de ópera o de canción estoy construyendo. Mi taxista es fanático de The Clash, cuyo disco "London Calling" es uno de los mejores de la historia del rock. La banda dijo que con el tiempo su disco "Sandinista!" Iba a ser considerado el mejor, cosa que no ocurrió. Pero mí taxista es leal a las causas perdidas, y leal como un perro. En la edad media los caballeros podía vender su fidelidad pero nunca su lealtad; así es Sandino, infiel y leal.
P.: Tras consagrarse en la novela policial como pasa a una aventura existencial.
C.Z.: En mis novelas nunca hay policías, nunca se investiga un asesinato. Son novela negra entendida como de personajes que en un momento utilizan la violencia porque no encuentran otro modo de enfrentar el mundo en que viven. La referencia es "El cartero llama dos veces". Yo nunca ha hecho un policial puro y duro.
P.: ¿Cómo lo eligen para continuar las historia de Pepe Carvalho?
C.Z.: Para mí que tomaron la agenda y empezaron por la zeta y yo era el primero. Acaso hubo otros que dijeron que no y yo de inmediato dije que sí, porque me hacía mucha ilusión. En el colegio los libros de Vázquez Montalbán eran cosas de pasarse de uno a otro. Me encantó homenajear a esa literatura popular de calidad. Me avaló que fue la familia de Vázquez Montalbán la que me eligió, tanto la viuda como el hijo, el escritor Daniel Vázquez. Yo no habría aceptado si el regreso de Carvalho tenía solo un fin crematístico. Mi novela va con mi estilo, con Carvalho, con su mundo y con una trama policial. Si Carvalho ahora es mío es porque le tienen que importar las cosas que a mí me importan. Todas las novelas en el fondo son autobiográficas. Por eso en absoluto voy a ponerme a ver qué pensaría Vázquez Montalbán de Donald Trump. Carvalho tiene un posicionamiento claro, pero ya no está situado tras el Mayo francés, en todo caso será uno de esos amigos de Vázquez Montalbán que cuando los entrevisté me dijeron: antes éramos comunistas, ahora no se qué somos. A mi Carvalho le van a caer bien los Indignados y eso de que el poder debe volver a la gente.
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