27 de diciembre 2013 - 00:00

El pensamiento económico del Papa pone en crisis al Partido Republicano

La prédica de Francisco es consecuente con la doctrina social de la Iglesia y, por lo tanto, se aleja del liberalismo más crudo. Los principales líderes republicanos de EE.UU. hacen equilibrio entre la necesidad electoral de ponderar a un líder mundial ampliamente admirado en el país y sus propias convicciones ideológicas, ubicadas mucho más a la derecha.
La prédica de Francisco es consecuente con la doctrina social de la Iglesia y, por lo tanto, se aleja del liberalismo más crudo. Los principales líderes republicanos de EE.UU. hacen equilibrio entre la necesidad electoral de ponderar a un líder mundial ampliamente admirado en el país y sus propias convicciones ideológicas, ubicadas mucho más a la derecha.
Washington - El papa Francisco y sus ideas sobre la economía incomodan a buena parte de la derecha estadounidense: si al principio fue Rush Limbaugh, el conocido comentarista radial ultraderechista, quien tachó al Pontífice de "marxista", ahora es el turno de varios miembros del Partido Republicano. Sin embargo, las opiniones no son unánimes en el sector, al punto de que otros referentes conservadores rescatan los aspectos compasivos del mensaje papal como ingredientes necesarios que esa agrupación debe incorporar si quiere realmente regresar a la Casa Blanca tras la presidencia de Barack Obama.

Legisladores conservadores del "establishment" republicano como Peter King, John McCain y Paul Ryan, estos dos últimos candidatos, respectivamente, a la presidencia y vicepresidencia de Estados Unidos, criticaron abiertamente en los últimos días las posiciones del papa argentino contra un mercado sin reglas.

La cadena televisiva Fox News, por su parte, definió al Pontífice como "el Obama de la Iglesia Católica", frase que para esta emisora, la más conservadora del país, no es seguramente un halago.

Expresiones como "la idolatría del dinero" o la definición del capitalismo dogmático como la nueva tiranía sacudieron los pilares del Grand Old Party, mientras fueron recibidos, por el contrario, con júbilo por tantos parlamentarios progresistas.

"Del Papa han llegado algunas frases que suenan de alguna manera 'liberal'" (izquierdista), estalló Sarah Palin, referente del Tea Party, antes de dar marcha atrás y retractarse parcialmente de sus palabras.

Duro se mostró también el católico Peter King, elegido en Nueva York y graduado en la célebre Notre Dame University: "Lamentablemente, el Papa juzga mal nuestro sistema de redistribución de la renta, como hacen muchos progresistas, pero creo sinceramente que la economía de libre mercado es la que ayuda más a la gente a salir de su estado de pobreza", agregó.

Incluso el usualmente moderado McCain, quien perdió la lucha por la Casa Blanca ante Obama, criticó a quien ha sido elegido por la revista Time como el Personaje del Año de 2013. "Su ejemplo de vida, su atención por los pobres me han impresionado mucho", dijo. "Sin embargo, no me gusta en particular su visión económica", admitió.

Más ácido todavía se mostró Ryan, también él católico, y considerado uno de los posibles pretendientes a las presidenciales de 2016, tras haber formado parte del ticket presidencial con Mitt Romney.

"El Papa viene de la Argentina, donde no hay un verdadero capitalismo, sino una versión familiarista, sin un sistema real de libre empresa como en Estados Unidos", dijo Ryan.

Se trata de duras críticas que chocan, sin embargo, con la realidad de los números: según un reciente sondeo de la cadena televisiva CNN, Francisco, tan popular en todo el mundo, es también muy amado en Estados Unidos, donde tres de cada cuatro personas opinan de él de manera favorable. Cifras que superan holgadamente la proporción de católicos entre la población, que no supera el 25%.

Esperablemente, el 88% de los católicos estadounidenses están entusiasmados con el Papa, y muchos de ellos votan por el Partido Republicano. Un detalle que debe tener presente el partido del elefante en vista de las elecciones de medio término de 2014, lo que, efectivamente, hace que en torno a Jorge Bergoglio haya más de polémica que de crítica unánime entre los políticos conservadores.

En noviembre próximo, el Grand Old Party pondrá en juego su supremacía en la Cámara baja e intentará recuperar el Senado, una empresa difícil en el marco de la fuerte ola de impopularidad que le generaron los últimos encontronazos bipartidarios en el Congreso en materia de presupuesto y deuda (ver nota aparte). De hecho, poco más de un mes atrás, un grupo de estrategas republicanos -pequeño, pero influyente- propuso estudiar el "método Bergoglio" con la esperanza de encontrar elementos que permitan relanzar el partido y llevarlo de nuevo a la Casa Blanca. Entre esos elementos se encuentran la apertura, la humildad y la valentía, dijeron.

Líderes conservadores como Newt Gingrich, que se convirtió al catolicismo, y el activista Ralph Reed observan con admiración al pontífice argentino.

"Francisco ha relanzado el mensaje de la Iglesia Católica subrayando la misión pastoral de las obras de bien y del servicio a la gente antes que la ideología", sostuvo Reed, el primer director de la Christian Coalition que la revista Time puso en 1995 en portada como "el brazo derecho de Dios".

Según dijo entonces Reed, el Papa "no ha tocado un centímetro de la doctrina católica. ¿Por qué este modelo no podría aplicarse a los republicanos?".

Agencia ANSA y Ámbito Financiero

Dejá tu comentario