La capacidad de las autoridades financieras para hacer las cosas mal y tarde parece no conocer límites. A fines de la semana pasada, la gente del CBOT y otras bolsas de commodities incrementaron los márgenes exigidos para la compraventa de contratos, lo que no hizo otra cosa que precipitar las bajas (¿por qué nunca incrementan los márgenes cuando los precios están subiendo?). Al cierre del miércoles, las autoridades europeas extendieron la prohibición de ventas en descubierto -especialmente para los papeles bancarios- que rigen desde agosto en Francia, España, Italia, etc., lo que no ha evitado ni la caída de las acciones ni un marcado incremento en la volatilidad de los papeles comunitarios. El nuevo paso es la instrumentación del impuesto a las transacciones financieras, que por las dificultades que dejaría de ser un Tobin Tax (sobre las operaciones con monedas) para castigar directamente la venta de bonos y acciones. Bill Gates -¡Sí!, el de Microsoft- fue comisionado hace unos meses por el G-20 para hacer un estudio -lo presenta oficialmente en noviembre- en el que aconseja cobrar 10 b.p. a la venta de acciones y 2 b.p. a la de bonos, lo que generaría para el G-20 u$s 48.000 (la bloqueada propuesta de la OMS para que el G-20 suba al 70% el impuesto al tabaco generaría u$s 170.000 millones y mucha más gente sana y productiva). Se podría suponer que habría incontables voces criticando la propuesta, pero como en definitiva la pagarán los inversores (en especial, los más chicos que no pueden zafar), queda la impresión de que el mercado no dice nada, lo que es interpretado según aquello de el que calla otorga. Demostrando una vez más que en estos tiempos los precios poco tienen que ver con lo que realmente sucede en la economía, el Dow arrancó la mañana avanzando un 2,37% bajo la excusa de que el Parlamento Germano no bloqueó el próximo tramo de auxilio a Grecia (en los hechos, esto no mejora ni empeora la situación helénica). Decimos excusa porque entre las 14.10 y las 15.20 el Dow pasó la mayor parte del tiempo del lado perdedor, hasta que una ola de cobertura de posiciones de último momento dio como resultado una suba del 1,3% para el Dow, que cerró en 11.153,98 puntos.
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