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“Es necesario que se regule el menú de extranjerización”

El menú extranjerizador se completa con el levantamiento de restricciones a la compra en zonas industriales.
Los pequeños y medianos productores, los representantes de la agricultura familiar y las organizaciones gremiales que los representan de inmediato manifestaron su rechazo a tamaña medida; todo el complejo agroexportador y las entidades rurales que representan a lo más concentrado de la renta agraria mantienen hasta hoy un atronador silencio, que más bien suena a apoyo explícito.
El magnate Joe Lewis, íntimo amigo de Macri, dueño de 12 mil hectáreas en Lago Escondido, cerca de El Bolsón; los herederos de Douglas Tompkins, dueños de cerca de 1.500 hectáreas en los Esteros del Iberá, en Corrientes, una de las reservas de agua dulce más grande del mundo; Benetton, dueño de un millón de hectáreas en la Patagonia, o Ted Turner, propietario de unas 5.000 hectáreas en Neuquén y Tierra del Fuego, son ejemplos claros de un fenómeno que si no se regula, se va a desplegar con fuerza en todo el país, fundamentalmente en las zonas ricas por su potencialidad productiva o, tal vez más grave aún, por sus recursos naturales.
Por eso, cuando hablamos de protección contra la extranjerización de tierras estamos hablando de un problema de primer orden para los estados soberanos. No hay, en este punto, llamado a generar clima de negocios, mejorar las expectativas de inversión o a atraer dólares que valga. Se trata de soberanía nacional. A esta altura no es extraño que nada de esto le interese a Cambiemos.
(*) Diputado nacional, FpV, CABA.
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