28 de septiembre 2016 - 00:08

Festival de Biarritz, con acento a Neruda

• MERCEDES MORÁN PRESENTÓ EL FILM DE PABLO LARRAIN, DONDE INTERPRETA A DELIA DEL CARRIL

Festival de Biarritz, con acento a Neruda
Mercedes Morán, Chile y la Argentina se lucieron en las primeras horas del 25° Festival Biarritz Amérique Latine, que comenzó el lunes. Película inaugural, "Neruda", de Pablo Larrain, coproducción de ambos países con apoyo franco-hispano-americano, coprotagonista mexicano (Gael García Bernal), fotografía brumosa, trama farragosa, cuando no maliciosa, lindas caracterizaciones y unos textos dignos de ser editados y memorizados. En la piel y la panza del poeta, Luis Gnecco, el cura degenerado de "El bosque de Karidima". En la piel y la elegancia de su esposa, Mercedes Morán, que se ganó al público en la presentación.

Poco antes había dialogado con la prensa. Ella está enamorada de su personaje, la argentina Delia del Carril, segunda mujer del entonces senador chileno. "Delia fue una aristócrata muy particular, la oveja negra de la familia. Para colmo se juntó con Neruda. A su lado quedó invisible, pero fue ella quien lo relacionó con la élite intelectual, lo convirtió al comunismo, le ayudó a escribir el 'Canto general', y lo acompañó en la huida, cuando el Gobierno ordenó su captura".

"Cuando me toca un personaje como esa mujer, que realmente existió, hay una responsabilidad extra", agregó. "Pero, cuando supe que estábamos haciendo una versión liberal de los hechos, ya me sentí menos obligada. Lo importante, según me pidieron, era transmitir el ánimo liviano que ella vivía. Además trabajé muy cómoda: Larrain genera a su alrededor un ambiente en el que sólo basta introducirse para ser bien recibida y estar a gusto con todo el grupo. Y conocer a Gnecco fue como conocer al propio Neruda. Me sentí inmediatamente casada con el poeta".

La película tuvo en Biarritz una recepción apagada, quizá porque se dio después de los largos discursos de apertura, un pequeño recital de la guatemalteca de ascendencia maya Sara Curruchich, y un bonus. Eso sí, el bonus fue lo mejor de la noche: "Historia de un oso", de Gabriel Osorio, Chile, Oscar al mejor corto animado de este año. Tocante, emotivo y admirable, y una de las pocas ocasiones para verlo en pantalla grande.

También en pantalla grande, como corresponde, se vio "El invierno", ayer de tarde. Los inmensos y desolados paisajes patagónicos tienen prestigio propio, y la película de Emiliano Torres venía prestigiada por los dos premios ganados el sábado pasado en San Sebastián: el Especial del Jurado y el de Mejor Fotografía para Ramiro Civita. Había expectativa, y no fue defraudada. Por su parte, "El rey del Once" también gustó, pero causó alguna perplejidad.

Ante las dos películas, el público francés confirmó una imagen mítica de los criollos solitarios en la lejana Patagonia, pero su imagen de Buenos Aires no consideraba la existencia de los viejos habitantes del Once, donde no se baila el tango sino la hora. Nunca es tarde para aprender.

(*) Enviado especial

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