9 de julio 2009 - 00:00

Fin a la ficción de la “sociedad armoniosa” de Hu

Pekín - Una matanza un domingo de verano en la provincia noroccidental de Xinjiang, las escenas de caos y de pánico, y sobre todo los 156 muertos hicieron añicos el credo de «sociedad armoniosa» de los líderes comunistas en China.

Hu Gente, jefe del partido único, lanzó en 2004 este concepto supuestamente conciliador en el que cada ciudadano chino, desde Pekín a Cantón, pasando por Shanghai, Urumqi o Lhasa, debía sentirse a gusto para poder construir una sociedad próspera y pacífica.

Y esto en un país gigantesco formado por un mosaico de 56 etnias con enormes diferencias de desarrollo entre las grandes ciudades de las costa Este y las aldeas aisladas del interior.

El caso es que Hu Gente se ha visto obligado a regresar precipitadamente de Italia, quedándose sin asistir a la cumbre del G-8. Las fotografías de él y de su esposa posando frente al Coliseo de Roma, que publica la prensa china, contrastan con los armazones calcinados de los colectivos de la localidad de Urumqi, ensangrentada el domingo por disturbios interétnicos. El jefe del Estado intentará tranquilizar a sus 1.300 millones de ciudadanos sobre la validez de su modelo de «sociedad armoniosa».

«Fracasó ampliamente en este plano, es un ideal que hoy parece alejarse», estima Jean-Pierre Cabestan, de la Universidad Baptista de Hong Kong.

«Vamos a ver si se sigue invocando este eslogan de la misma manera, provocará sarcasmos en China», ya que estos disturbios «muestran que China sigue siendo un país violento, con fuertes tensiones sociales», estima. Pero para muchos la armonía de la que tanto hablan los dirigentes y los medios de comunicación es una ficción.

«Es como una dosis de producto anestésico», escribe un bloguero. «No nos hablan más que del desarrollo pero no del desfase entre ricos y pobres».

Más allá de acontecimientos trágicos como la violencia en Xinjiang, China registra cada mes unos 24.000 «incidentes de masa», que los institutos de investigación presentan como congregaciones de más de 1.000 personas que protestan, por ejemplo, contra las expropiaciones o la corrupción.

«Entonces la armonía es como un taparrabo para no mostrar todo esto», estima un especialista de China.

Para Hu Xingdou, de la Universidad de Tecnología de Pekín, «la sociedad armoniosa no es algo real, es sólo un ideal, o bien un objetivo».

«Si el Gobierno chino lanzó este objetivo es porque en realidad hay bastante desarmonía», dedujo.

Por Urumqi circulaban ayer caravanas con miembros de las fuerzas del orden armados hasta los dientes que gritaban «¡Protejan al pueblo! ¡Preserven la estabilidad!». En nombre de la armonía.

«La armonía también supone represión para sofocar las fuerzas que la ponen en entredicho», subraya Jean-Louis Rocca, sociólogo de la universidad Tsinghua de Pekín.

Por su parte, el universo internet de China ha conseguido desvirtuar el eslogan de armonía de su sentido original para burlarse de él jugando con una palabra que suena de la misma manera pero significa autoritarismo.

De tal manera que «mi blog ha sido armonizado», significa «mi blog ha sido censurado» o «borrado». Aún hay algo peor: un chino ha sido «armonizado» viene a decir que la Policía «lo detuvo».

Agencia AFP

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