27 de agosto 2009 - 00:00

FMI pidió volver a auditar a Argentina (sería más blando)

‘‘Hace algunos años, cuando venía un representante del FMI, parecía que venía el virrey de no sé dónde. Ahora no», comparó Amado Boudou.
‘‘Hace algunos años, cuando venía un representante del FMI, parecía que venía el virrey de no sé dónde. Ahora no», comparó Amado Boudou.
El director del Hemisferio Occidental del FMI, Nicolás Eyzaguirre, pasó brevemente ayer por Buenos Aires pero se preocupó por dejar en claro cuál es la postura del organismo: un acercamiento con la Argentina sólo puede pasar por la revisión de las cuentas públicas y la política económica. «El artículo IV es la única manera que tiene el Fondo para determinar en qué situación se encuentra cada uno de los países miembros, no hay otra».

Sin embargo, el funcionario buscó bajarle los decibeles al significado del famoso artículo IV: «Todos los países se someten a la revisión del Fondo simplemente por ser miembros, incluso Estados Unidos. No implica en absoluto aceptar condicionalidades o algo por el estilo».

El funcionario llegó desde Chile muy temprano y expuso al mediodía en la reunión del Consejo de las Américas, luego del presidente del Banco Central, Martín Redrado. Un rato antes accedió a un diálogo de veinte minutos con una decena de medios en un salón vip que se armó en el hotel Alvear. Allí no eludió ningún tema y se preocupó por dejar en claro que «este Fondo no tiene nada que ver con el de épocas pasadas, porque las circunstancias son totalmente distintas».

Y para que no queden dudas sobre la buena voluntad del organismo con la Argentina, explicó que «para los países que desarrollan políticas sustentables, el FMI tiene grandes cantidades de dinero para prestar o incluso para ofrecer líneas precautorias por si se agrava la crisis. Y lo hace sin ningún tipo de condicionamiento».

Además de su presentación en el Consejo, Eyzaguirre participó de un almuerzo organizado por Susan Segal, titular de la institución, con una veintena de empresarios. Más tarde se reunió en el Palacio de Hacienda a solas con Boudou y a las 18, antes de su partida hacia los Estados Unidos, lo vio a Martín Redrado en el Banco Central.

Reiteración

Antes de recibirlo, el ministro reiteró la voluntad de «volver a los mercados internacionales» y no descartó -aunque tampoco confirmó- que el Gobierno acepte una revisión del staff del organismo multilateral. «Fue una reunión positiva», aseguró tras el encuentro y consideró que «se pueden conseguir avances en la relación», pero aclarando que no se habló del artículo IV. El ministro manifestó la voluntad de la Argentina de avanzar en la renegociación de la deuda con el Club de París y la reapertura del canje para los «holdouts»

También Néstor Kirchner dijo lo suyo: «Nunca dejamos de ser integrantes del Fondo, lo que dijimos era que en la medida que sus políticas no cambien, no vamos a volver a operar con el FMI». Eyzaguirre llegó a Buenos Aires para asegurar en forma explícita que este Fondo no tiene nada que ver con el de la década del 90.

El único tema que el chileno evitó contestar en forma contundente fue cuando le preguntaron por la medición de la inflación y, más en general, sobre el funcionamiento del INDEC: «En la medida que nuestros técnicos no tienen posibilidades de revisar in situ la situación macroeconómica, resulta imposible dar una respuesta sobre la forma en que se hacen las mediciones». Y aclaró que de no haber cambios, en el próximo informe mundial (World Economic Outlook) que publicará el organismo en la reunión anual en Estambul a principios de octubre se volverá a publicar la inflación del INDEC, pero aclarando a pie de página que las consultoras privadas consideran que el índice es más alto.

«El Fondo está con las puertas abiertas y los oídos abiertos y con la mejor de las intenciones de escuchar lo que el ministro (Amado) Boudou tenga para decir», fue la primera frase que disparó Eyzaguirre -muy calmado y de buen humor- al encontrarse con los periodistas.

Pendiente

El ministro de Economía fue menos explícito sobre la relación futura que pretende con el FMI. «No lo sé, vamos a ver», respondió ante una consulta de este diario sobre la posibilidad de que la Argentina se someta al artículo IV que exige el organismo. «Hace algunos años -agregó-, cuando venía un representante del FMI parecía que venía el virrey de no sé dónde. Ahora no».

Está por verse aún si este acercamiento entre la Argentina y el FMI termina en una invitación por parte del Gobierno para que el staff del Fondo revise las cuentas públicas para cumplir con el artículo IV. La última vez que se hizo fue en 2006, pocos meses después de la cancelación total de la deuda con el organismo.

Boudou venía hablando de encontrar «un punto de intersección» en las relaciones de la Argentina y el FMI, pero quedó claro que no existe tal posibilidad sin la auditoría «in situ», tal como se preocupó por aclarar el propio Eyzaguirre.

Por otra parte, Boudou volvió a remarcar que el Gobierno no precisa fondos del organismo. Pero por lo bajo, en el Palacio de Hacienda reconocen que arreglar con el FMI es fundamental para terminar de refinanciar la deuda con el Club de París y, eventualmente, acceder a fondos frescos en los mercados internacionales.

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