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Cada tanto viene bien repetirlo. Todas las cotizantes, sin importar su tamaño o bursatilidad, merecen el mismo tratamiento en esta columna, dependiendo sólo de cuestiones de espacio físico o temporales su eventual exclusión o inclusión. Como mencionamos al comentar su semestre, lo que sucede con REGUE (que es hoy la cotizante de menor capitalización, fruto que la última vez fue marco precio fue el 3/12/15 -ByMA dispuso que sus títulos comiencen a negociarse por subasta-) más allá de sus características intrínsecas es relevante en cuanto sirve de reflejo de lo que sucede en el interior del país, donde gravitan otras como Importadora y Exportadora de la Patagonia, Inversora Juramento, etc. Pasando a lo sucedido en estos primeros nueve meses del contable, mientras la vemos con una merma de 4,6% en el número de ventas (615.517, mínimo en al menos 10 años) frente a las registradas en mayo de 2017, el ingreso por venta unitaria creció 19% a $217,59 (eran $383 a febrero pasado) con lo cual quedan bastante por debajo del 26,3% de aumento del índice general de precios (INDEC) mayo2018/mayo2017. Esto refleja una situación conocida, donde el parate económico está golpeando a la clientela de mayor poder adquisitivo, por la que viene apostando en los últimos años. Es claro que el saldo no ha sido bueno y así vemos sus ingresos por ventas creciendo menos 14%, que descontados costos creciendo 14,5% le dejan un bruto de $134,4 millones, apenas 14% más que un año antes. Si bien en términos reales contuvo la suba de los gastos de comercialización (+21%) la suba de los administrativos (+26%) le significaron un saldo operativo de $24 millones. Restada la carga financiera (+14%), y la mordida del fisco queda con un neto de $10.607.084, esto es 13% menos que lo que obtenía un año antes.
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