• FINALIZÓ AYER EL ESCRUTINIO DEFINITIVO. • EL KIRCHNERISMO SE IMPUSO POR 20.000 VOTOS. La expresidenta festejará en La Plata con los jefes comunales, quienes tienen la llave para repartir la boleta en octubre. Macri y Vidal: agenda en el conurbano.
Todos Unidos. Cristina se reunió anoche con Daniel Scioli y Fernanda Vallejos en el Instituto Patria.
Cristina de Kirchner fue la precandidata más votada en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias de Unidad Ciudadana. Sin rivales en la interna, luego de marginar a Florencio Randazzo, la expresidenta le sacó en el escrutinio definitivo unos 20.000 votos de ventaja a Esteban Bullrich, también precandidato único de Cambiemos para el Honorable Senado de la Nación por la provincia de Buenos Aires.
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Si bien aún la Justicia Electoral de La Plata no realizó la proclamación oficial de candidatos, dejaron trascender que la expresidenta obtuvo 3.229.194 votos (33,95 por ciento), contra 3.208.870 de Bullrich (33,75 por ciento). Unidad Ciudadana remontó así en el conteo definitivo los 7.000 votos de ventaja que había logrado el exministro de Educación de Mauricio Macri en la madrugada de la PASO cuando el recuento se detuvo en el 95% de las mesas de votación. Nuevamente, La Matanza, donde la intendenta Verónica Magario encabeza la boleta para el Concejo Deliberante, fue el distrito donde el kirchnerismo salvó la elección al menos hasta el 22 de octubre.
En Cambiemos volverán a apelar a la figura María Eugenia Vidal para retomar la campaña. Ayer la gobernadora estuvo en Vicente López con Jorge Macri y Soledad Martínez. Hoy y mañana podría tener doble turno junto al Presidente. En paralelo al "festejo" de Cristina en el Club Atenas de La Plata, la Casa Rosada prepara para hoy una bajada de Macri y la gobernadora de Buenos Aires a la tercera sección electoral, principal bastión electoral del kirchnerismo. Apenas 24 horas más tarde reaparecerán en Pilar, primera sección, para celebrar el Día de la Producción.
En Casa Rosada y en la gobernación bonaerense avisaron anoche que no habrá declaraciones sobre el resultado del escrutino definitivo. Esperarán al 22 de octubre cuando se celebre la legislativa general. Sólo Federico Salvai, jefe de Gabinete de Vidal, saldrá a caminar los medios de comunicación. Off the record, los funcionarios de Cambiemos interpretan que es casi un logro estratégico haber salido segundos detrás de Cristina por apenas 20 mil votos en la provincia de Buenos Aires. "Ahora la presión la tiene ella", era la metáfora futbolera para atenuar el resultado.
El oficialismo estima que ahora podrá atraer todo el voto antikirchnerista, y también una porción del electorado de Unidad Ciudadana gracias al pragmatismo político de los intendentes del PJ bonaerense. Los jefes comunales "usaron" a Cristina como el vehículo electoral más taquillero luego de contrastar que Florencio Randazzo no medía en las encuestas. Desde Martín Insaurralde hasta Mariano Cascallares o Ariel Sjarchuk coquetearon en un principio con el exministro de Transporte hasta que las encuestas los aislaron como precandidatos potables para blindar los Concejos Deliberantes. Ya con las PASO consumadas, para los intendentes es casi más conveniente que gane el candidato de Vidal, dueña de la caja para financiar obras en sus distritos. Un pacto tácito de la política bonaerense que se traduce en cada elección con el delivery de boleta junto a la papeleta oficialista y la opositora. Más aún en este escenario de virtual empate, los alcaldes jugarán a dos puntas con el único objetivo de salvar sus Concejos Deliberantes.
"Con Cristina ahora podemos hablar de manera más franca. No le tenemos miedo porque ya no dependemos de ella para hacer obras en nuestros municipios. Podemos hablar de política sin presión", explicó ayer un intendente PJ de la primera a este diario. Lo cierto es que desde los jefes comunales más kirchneristas hasta los más "renovadores", todos apuestan a un reseteo del peronismo bonaerense a partir de octubre para dejar de depender de La Cámpora y del kirchnerismo, una expresión del panperonismo sin peso territorial propio en la provincia.
El problema de Cristina para sostener el triunfo en octubre, en términos políticos, es interno. Depende de la "lealtad" de los mismos intendentes que rigoreó y sometió durante ocho años de gobierno nacional. "Con Néstor era distinto", plantea otro alcalde peronista de la tercera sección electoral. El escenario se invirtió desde que Cambiemos ganó la Presidencia y la Gobernación. Sin caja propia nacional ni bonaerense, la expresidenta depende ahora de la "fidelidad" de los intendentes PJ para sobrevivir después de octubre. Tampoco cuenta con la fuerza para salir a cazar traidores.
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