Si hay que refrescar algún verso famoso, y adecuado para el momento que atraviesan los mercados y las noticias que se lanzan todos los días, esto debería ser: «Golpe a golpe, verso a verso...». El tema es si -por fin- se puede comprobar que «se hace camino al andar». Literal lo de golpe a golpe, porque a un fuerte golpe bajista del miércoles, le sucedió uno de intensidad en la víspera. Y yendo de banda a banda en los resultados lo que el miércoles era una baja general que iba de cuatro, a cinco por ciento, ayer se convirtió en aumentos, que se anotaron en parecida magnitud. Y lo de verso a verso también puede ser tomado literalmente, a raíz de mentes del Norte que son una fábrica de arrojarle agua al incendio, para volver a hacerlo en cuanto el fuego se les reaviva. Y una rueda como la pasada, donde todo venía para ahondar el desastre, se dio vuelta a media tarde al conocerse otro mecanismo -parece que copiado de Japón, de un par de décadas atrás- que generó el impacto en el mismo día.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Rebote
El Dow Jones terminó anotando 3,5% de rebote, el indicador brasileño lo elevó a 5,5 por ciento (Europa se quedó afuera, por cerrar antes) y se fue desvaneciendo, al ingresar a la atmósfera del Merval.
Muy lejos de los demás, solamente se pudo constatar como mejora el haber salido de un mínimo intradiario de terror: «1.433» unidades y hasta cercano a perforar otro piso, mostró el índice en su peor momento. Terminó en los «1.508» con el poco más de 1 por ciento en la lista clásica. Pero sólo 0,6 por ciento en la nómina de «locales».
Las diferencias volvieron a mostrar contradicción: con «39» papeles en aumento, contra «63» perdiendo terreno. San Miguel, Ledesma y G. Galicia fueron los de mayor fulgor, con repunte de más de 8%. Total de $ 78 millones de efectivo, en términos de buena liquidez, enmarcaron una rueda que golpeó muy fuerte en el exterior y que, aquí, solamente trajo una brisa. La Bolsa, soplando.
Dejá tu comentario