PREOCUPACIÓN POR LA CONFLICTIVIDAD, QUE CRECERÁ HASTA LAS CUMBRES DE OMC Y G-20 - La Unidad que coordina la organización de los encuentros mundiales ya tiene en la mira a 3.000 activistas a los que impedirá ingresar al país.
La actividad de ciertos grupos que reclaman la aparición con vida de Santiago Maldonado, de cuyo paradero nada se sabe desde hace tres semanas, se ha transformado en una nueva hipótesis de conflicto para los organismos de seguridad e inteligencia del Gobierno. En las más altas esferas oficiales ven con preocupación el crescendo que expresan este tipo de manifestaciones identificadas con las reivindicaciones de pueblos originarios, porque suponen que detrás se esconden las intenciones de sectores que pretenden "desestabilizar" al Gobierno y "generar caos".
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En ese contexto, el pasado miércoles 16 de agosto tuvo lugar en el edificio de la Dirección Nacional de Migraciones una nueva reunión de una Unidad Técnica creada bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete para coordinar todo lo atinente a las cumbres de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el Grupo de los 20, que se realizarán en la Argentina entre noviembre de 2017 y diciembre de 2018. La oficina -que nació por decisión presidencial bajo el Decreto 491/17- tiene como máxima responsable a Natalia Zang, de extrema confianza del vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, quien ocupaba hasta junio la estratégica Subsecretaría de Evaluación de Proyectos con Financiamiento Externo y coordinaba la relación de los intendentes con la Casa Rosada.
Dentro de su estructura se encuentra el área abocada a la seguridad de los representantes de los países que comenzarán a llegar a la Argentina en noviembre para el encuentro mundial de la OMC y continuarán arribando durante todo 2018 en las preparatorias para la gran cumbre de diciembre, pico de mayor tensión ya que llegarán los mandatarios.
"Los organismos que participan de estas cumbres son la representación más elevada del capitalismo globalizado, enemigo número uno de estos grupos que reivindican la acción directa y la violencia como parte de su praxis política; por eso debemos asumir que van a producirse hechos violentos -como ocurre en cualquier país del mundo cada vez que se efectúan estas reuniones- y prepararnos para repelerlos con el menor daño posible", explicó a Ámbito Financiero uno de los funcionarios participantes del encuentro.
El despliegue de los dispositivos preventivos deberá ser amplio, ya que los encuentros no sólo se harán en Buenos Aires, sino que habrá actos en varias ciudades de todo el país. "Estamos trabajando con información proveniente de los bancos de datos de los servicios de seguridad e inteligencia de todo el mundo, para establecer los paraderos de militantes globalofóbicos identificados como peligrosos e impedirles el ingreso al país por las vías regulares, aunque no descartamos que intenten ingresar por pasos no autorizados o con identidades falsas", apuntó otra fuente. "Pero también debemos estar preparados para evitar que los grupos locales dispuestos a suministrar logística y participar de eventuales acciones violentas puedan desplegarse con facilidad, todo en el marco de la ley". aclaró el funcionario consultado.
En otro plano de mayor confidencialidad se preparan también las reacciones ante posibles ataques terroristas perpetrados con objetivos predeterminados. En este sentido, el Gobierno argentino también coteja las "watch list" de las agencias norteamericanas y europeas para dar vista a los posibles ingresos de terroristas no relacionados con las protestas, pero dispuestos a aprovechar el contexto para perpetrar un ataque sobre alguno de los múltiples objetivos. "No podemos descartar ninguna posibilidad, sabemos que la Argentina va a estar en el ojo de la tormenta y debemos tomar todos los recaudos para evitar incidentes", finalizó el informante.
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