Hay prejuicios cambiarios que nublan decisiones
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En el mundo existen pocas monedas que verdaderamente floten. Básicamente emitidas por bancos centrales bastante independientes de la autoridad política y con enormes sistemas financieros. Tanto que no necesitan recurrir al banco central para sus negocios en moneda extranjera. Por eso, esos bancos no tienen reservas internacionales significativas. Pues si verdaderamente flotan, piensan y calculan en su moneda ¿para qué quieren los dólares? Esas monedas son, fundamentalmente, el dólar de EEUU, el euro, el yen, la libra esterlina y unas pocas monedas más de ex colonias inglesas.
El resto de las monedas tiene una relación con otra, que es su unidad de cuenta. A lo largo de las décadas, todas esas monedas mantienen una inflación relacionada con la de la unidad de cuenta y la devaluación. Entonces, la inflación puede ser similar a la de la unidad de cuenta, cuando el tipo de cambio es fijo, como ocurrió en Argentina durante los 11 años de la Convertibilidad. En ese tiempo, el aumento de precios locales copió al de EEUU. Lo mismo ocurre con Panamá, cuya moneda es el dólar y presenta la menor inflación en América Latina, y otras naciones de todo el planeta. Incluso los países más pobres de África, cuya moneda está fija respecto del euro acompañan los precios en euros. Por otro lado, las monedas que van devaluando respecto de su unidad de cuenta observan un aumento de precios que multiplica la inflación de la moneda base por la devaluación. Esta relación es independiente de que los bancos centrales declaren ser flotadores o fijadores, a lo largo de plazos prolongados.
Esto lleva a considerar si la flotación es ventajosa para la Argentina, donde buena parte de las transacciones se calculan en dólares. Si queremos atraer inversiones del exterior, tener la moneda atada al dólar pareciera ofrecer menos riesgos. Por supuesto, ello exigiría adecuar las cuentas con esa finalidad. A los que se ilusionan con las "ventajas" de la flotación insisto que tanto el tipo de cambio fijo como la flotación presentan una variable que flota. En el tipo de cambio fijo, las reservas son flotantes. Y debieran ser fijas en la flotación. Pero la administración de la flotación, la gobernanza del sistema, es mucho más complicada que con el tipo de cambio fijado. Y para la gente en general el tipo de cambio fijo es un compromiso más firme y comprensible que las piruetas de la flotación.
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