22 de agosto 2016 - 00:00

Herederos del dueño del Riviera en Cuba reclaman fortuna a Fidel

Los nietos de uno de los mafiosos más importantes de la historia le exigen al Gobierno de Castro el famoso hotel o una suma que represente su valor.

El eje de la discordia. El hotel Riviera es actualmente operado por el Gobierno local. En 1957 lo construyó Lansky. Empresario. Meyer Lansky invirtió parte de su fortuna en Cuba.
El eje de la discordia. El hotel Riviera es actualmente operado por el Gobierno local. En 1957 lo construyó Lansky. Empresario. Meyer Lansky invirtió parte de su fortuna en Cuba.
 Meyer Lansky fue una figura clave del crimen organizado en EE.UU., terminó de construir en 1957 el hotel de Paseo y Malecón en Cuba, pero los Castro no le dieron tiempo a recuperar su inversión. Ahora, los familiares del fallecido quieren que el Gobierno cubano les devuelva el Hotel Riviera o que los compense por su expropiación.

En la década de los 50 Lansky ayudó a convertir a Cuba en "Las Vegas del Caribe", estableciendo en la isla una floreciente industria de casinos y juego.

Después que Fidel Castro tomó el poder en enero de 1959, los casinos fueron clausurados y las propiedades estadounidenses "nacionalizadas", entre ellas el Habana Riviera de Lansky, considerado entonces uno de los mejores hoteles del mundo.

Ahora, el Gobierno cubano está dispuesto a negociar una solución de los reclamos sobre propiedades confiscadas de empresas y ciudadanos norteamericanos, cuyo valor original se calculó en u$s1.900 millones, pero que con los intereses y los años ascendió a unos u$s8.000 millones.

La familia de Lansky también quiere ser compensada: o le dan el hotel, o su equivalente en efectivo, dicen.

Expropiación

"El hotel le fue expropiado a mi abuelo por la fuerza", dijo al Tribune Gary Rapoport, de 60 años, un nieto de Lansky residente en Tampa. "Cuba le debe dinero a mi familia", aseguró a los medios locales. Durante el primer golpe de Estado de Batista, en 1933, Lansky comenzó su relación personal y comercial con Cuba. A cambio de que lo dejaran operar en paz, Batista y sus hombres recibirían una parte de las ganancias de los casinos y los clubes nocturnos.

Entre los hoteles y centros nocturnos de La Habana controlados por la mafia estadounidense se contaban el cabaret Tropicana, el hotel Sevilla-Biltmore, el Capri, el Comodoro y el Deauville. Estas inversiones permitían al crimen organizado lavar su dinero mal habido lejos del ojo vigilante del Servicio de Rentas Internas de EE.UU.

Cuando el Habana Riviera fue inaugurado en diciembre de 1957, era el mayor hotel con casinos de Cuba y el más extravagante del Caribe. Tenía aire acondicionado, lo que entonces era una rareza. La construcción del hotel de Paseo y Malecón le costó a Lansky unos 8 millones de dólares. El Riviera es actualmente administrado por el Estado cubano.

Según expertos como Jack Colhoun, autor de "Gangsterismo: The United States, Cuba and the Mafia, 1933 to 1966" (Gangsterismo: los Estados Unidos, Cuba y la mafia, 1933 a 1966), es dinero ensangrentado y de impuestos malversados al pueblo cubano: "Describir a Lansky como una víctima agraviada de Cuba es poner la historia cabeza abajo. No tendría que haber compensación para los herederos de los exmafiosos", escribió en un artículo.

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