12 de marzo 2013 - 00:00

Junín: denuncias y tensión bajo el síndrome Goye

"Vienen por todos nosotros, los que no somos kirchneristas". Héctor "Cachi" Gutiérrez, intendente radical de Pergamino, le inoculó ayer un componente político a la crisis que el fin de semana incendió la ciudad de Junín, que conduce su aliado, Mario Meoni.

Gutiérrez fue más lejos: además de atribuir el ataque al edificio municipal, que quedó devastado, y a la comisaría a un plan para desestabilizar a Meoni, afirmó que se detectó la presencia de un funcionario y de cuatro integrantes de cooperativas K.

En concreto, señaló a la oficina de seguridad social juninense, que conduce el camporista Javier Caliri, y al programa de cooperativas del Ministerio de Desarrollo Social de Alicia Kirchner, que dirige Gustavo Traverso, el máximo referente K de Junín.

"Hay filmaciones", dijo, y aseguró que Meoni tiene lista una presentación en la Justicia. Ayer, rápidamente, Traverso respondió la imputación: dijo que el intendente local "deslinda responsabilidades" y atribuyó a una victimización la denuncia de desestabilización.

El funcionario, que fue candidato en 2011, atribuyó los incidentes a hechos de "vandalismo" y aseguró que las filmaciones que tiene en su poder el municipio deberían servir para detectar a los responsables. "Si participó algún dirigente, que vaya preso", sentenció.

El ministro de Seguridad, Ricardo Casal, estuvo más cerca de la denuncia de Gutiérrez que del descargo de Traverso: habló de una "actitud organizada" y de presencia de gente que "no eran vecinos de Junín".

Imputada por uno y negada por otros, la situación remitió al caso del intendente de Bariloche, Omar Goye, que fue destituido por el Concejo Deliberante. Con ese libreto, ayer en Junín se hablaba del síndrome Goye ante lo que el kirchnerismo negaba enfáticamente toda maniobra de ese tipo.

En rigor, sobre 18 concejales, diez reportan a Meoni y otros cuatro son de espacios opuestos al Frente para la Victoria (FpV).

El trasfondo, según Traverso, es la sucesión de "hechos violentos" registrados en el último tiempo, que sumaron once crímenes en 2012. El sábado, Karem Campos, de 17 años, fue asesinada durante un asalto, lo que desató marchas e incidentes.

Es, en rigor, el tercer episodio de 2013: los dos anteriores ocurrieron y generaron un clima de "conurbanización" de la ciudad. "Quien dice que Junín está como el conurbano nunca anduvo por Merlo, Moreno, General Rodríguez, La Matanza", dijo el alcalde.

La particularidad de otros episodios, en general por riñas y problemas entre bandas, habría sido uno de los elementos que convirtió la protesta en un desmadre. También hubo, dijeron cerca de Meoni, responsabilidad policial que "no custodió la municipalidad.

Ayer, Junín parecía una ciudad sitiada: se instaló el jefe de la Policía Bonaerense, Jorge Matzkin, y se hizo un despliegue inusitado de uniformados. Fue el lado B de una charla telefónica entre Meoni y el secretario de Seguridad, Sergio Berni. El intendente llamó para pedirle que le envíe gendarmes (ver nota en pág. 19).

-Después de las declaraciones que hiciste va a ser difícil ayudarte -le dijo Berni.

-¿Qué hice? Sólo conté lo que pasa acá, que ni la Nación ni la provincia colaboran -se justificó el alcalde.

-Andá a hablar con Matzkin, que te ayude él...

Se trata, en rigor, de un triángulo crítico: Meoni, opositor al Gobierno, imputa al kirchnerismo pero evita castigar del mismo modo a Daniel Scioli a quien ve, como otros caciques opositores, arrinconado por la Casa Rosada.

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