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La apuesta policial de Rajoy no hace más que incubar separatismo
El poder central de Madrid se equivocó al minimizar desde un principio la profundidad del reclamo. Está en juego la ruptura del modelo de la transición democrática de 1978.
El partido antisistema e independentista CUP, socio del partido gobernante en Cataluña, llamó a romper los precintos electorales el domingo tras la orden dada por la justicia a la policía para impedir que se vote.
El Gobierno de Mariano Rajoy "no puede pactar un referéndum porque va en contra de la ideología del Partido Popular (PP), que nunca lo aceptaría", opción preferida por el 80% de los catalanes, según las encuestas.
El PP ni siquiera aceptaría esta vez una consulta independentista simbólica como la que hubo en 2014 promovida por el entonces presidente catalán Artur Mas, en la que votó un tercio de los catalanes, de los que el 80% se mostró a favor de la independencia.
El PP "desde un principio pensó que esto era un suflé, un movimiento para que Convergència i Unió (el partido que controla el Ejecutivo catalán) se mantuviera en el Gobierno y que tenía que ver con la crisis", explica. "Pero esto no es un suflé, tiene que ver con la crisis del modelo de la Transición de 1978, que ya está muerto. O se va a otro pacto o se rompe", advierte Bartomeus.
Lo que está ocurriendo actualmente es que "la acción judicial está creando de forma artificial una mayoría independentista. La idea es crearla a base de poner tensión y hacer que la gente que no era ni independentista ni antiindependentista vaya cayendo del lado de la secesión".
Mientras en Barcelona se suceden las manifestaciones y actos a favor del referéndum, la policía sigue actuando en busca de urnas y papeletas por orden de la justicia en medio de advertencias como la del fiscal general del Estado, José Manuel Maza, quien dijo que la detención del presidente catalán, Carles Puigdemont, es una posibilidad que está "abierta".
Agencia ANSA |
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