12 de mayo 2009 - 00:00

La burbuja que faltaba: tarjetas de crédito

Barack Obama
Barack Obama
Nueva York - Las «pruebas de estrés» a los principales bancos norteamericanos dejaron al descubierto los enormes riesgos implicados en las deudas de tarjetas de crédito. Con el aumento del desempleo, cada vez más estadounidenses afrontan crecientes dificultades para pagar sus cuentas y crece el temor a una burbuja del crédito plástico.

Además, el presidente Barack Obama presiona a las empresas de tarjetas, buscando prohibir tasas de hasta el 30% y otros abusos. Esto concedería más oxígeno a los endeudados ciudadanos y podría significar vacíos por miles de millones de dólares adicionales para los consorcios financieros.

La semana pasada, la publicación de los resultados de las «pruebas de estrés» para el rubro bancario fue promocionada como restauradora de la confianza en el sector, y las Bolsas reaccionaron de forma positiva. Sin embargo, desde entonces hay dudas. Los resultados de estas evaluaciones no habrían sido producto de cálculos fundados, sino de acuerdos entre las entidades financieras y funcionarios gubernamentales, señaló el diario TheWall Street Journal. Un examen más exacto además revela que solamente las deudas tóxicas de tarjetas de crédito de los 19 mayores bancos podrían causar pérdidas de hasta u$s 82.400 millones entre este año y el próximo. Algunos expertos ni siquiera creen que el escenario planteado por la Reserva Federal sea el peor de los casos. La consultora Oliver Wyman calcula pérdidas por hasta u$s 141.500 millones, informó ayer el diario The New York Times. Para todo el sector incluso podrían llegar a los u$s 186.000 millones. La razón: la tasa de desempleo podría subir por encima del 10% calculado por la Fed. El diario agrega que los bancos colocaron gran parte de los riesgos de las tarjetas en papeles y externalizaron éstos fuera de los balances, la misma práctica que en el caso de los créditos inmobiliarios desembocó en una crisis financiera y económica mundial.

Los norteamericanos aman y odian, al mismo tiempo, sus tarjetas de crédito: suelen tener varias pero se quejan de las tasas presuntamente abusivas. Hasta la crisis, solían pagar todo con tarjeta, liquidaban a fin de mes una parte y así amontonaron una gigantesca montaña de deudas. De acuerdo con cálculos de Moody's, se adeudan u$s 8.400 por hogar en concepto de tarjetas de crédito. La caída de los precios de las viviendas por la crisis inmobiliaria vedó a los norteamericanos una de sus salidas favoritas: cuando la tarjeta colapsaba por las deudas, simplemente tomaban otra hipoteca sobre la casa. Eso se acabó. Tras varios años de codicia desmedida, incluso los bancos norteamericanos son más estrictos con la emisión del dinero plástico debido a los millonarios riesgos.

Sin embargo, además de los créditos impagos, un reducido número de tarjetas de crédito es un enorme problema para Estados Unidos, ya que la economía vive del consumo. Si los consumidores restringen sus compras en medio de la crisis, la recuperación de la economía podría demorar más todavía. Por ello, Obama presionará por sancionar una ley contra prácticas extremas en el rubro. «El abuso en el sector de las tarjetas de crédito aumentó en el momento más grave de la recesión, justamente cuando los norteamericanos necesitan menos que nunca esas cargas adicionales», advirtió este fin de semana en un discurso por radio.

Agencia DPA

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