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La Naranja está dulce
A pesar de la victoria sobre Los Cóndores trasandinos en Liceo Rugby Club, para la autocrítica de los tucumanos no se jugó en la medida de lo que este equipo puede lograr. Aunque sí se fueron conformes por la victoria. Es que sigue dulce, ya que mientras busca su mejor juego, acompaña el proceso con triunfos. Si bien era predecible un triunfo sobre los trasandinos, el equipo tuvo otra vez esos decaimientos en su nivel de rendimiento que lo inquietan demasiado de cara al Campeonato Argentino que arranca a fin de mes. El primer tiempo mostró lo mejor del equipo conducido por Prado, Martínez Riera y Paz. El 43 a 3 parcial lo dice todo. Hubo contundencia, dinamismo y orden a partir del control de la pelota. Los delanteros no le dieron tregua a Chile y a los 17 minutos de juego, Tucumán ya ganaba 24 a 0 por los tries de Jiménez, Romano y Ascárate y tres conversiones y un penal de Federico Mentz. Recién a los 24 minutos los chilenos cruzaron la mitad de la cancha y descontaron con un penal del fullback Juan Pablo Llorens. Pero La Naranja volvió a tomar las riendas del partido. Siguió moviendo bien la pelota y golpeó a través de nuevos tríes de Romano y Jiménez y uno del Mocho Rodríguez.
Está claro que Los Naranjas sufren en la búsqueda de su identidad de juego. Hubo defectos contra Salta (el 27 de febrero), el viernes ante Mendoza y el domingo contra Chile. Y virtudes siempre poseen, como la actitud, el oficio y la paciencia. Con mucha razón los jugadores y el cuerpo técnico aseguran que lo que entrenan en la semana no les sale del todo en la cancha. Y esa crisis sufrió el equipo en el segundo tiempo ante los chilenos, que ganaron ese periodo por 34 a 19. Tras el final del partido llegaron los interrogantes. A seguir trabajando. Buscando la identidad de cara al Torneo Argentino.
No tuvieron piedad.
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