• Soplan los idus de marzo. Cucarda para el Toto. • ¿Patria o carry- trade? Siguen las apuestas. • Gran encuentro gastronómico de economistas de los 80. Nuevo banco viene a patear el tablero. Deflación en la Caja. Picante reunión bolsera. • Cuponeros inquietos por la diáspora de los emergentes.
Llegaron los idus de marzo. Un mes cargado de señales desde los bancos centrales y con la política como otro protagonista (elecciones en Italia, Alemania y Rusia, cónclave de la Asamblea Popular China). Mientras el Gobierno intenta retomar la iniciativa (¿cuándo la perdió?), los inversores esperan señales de la continuidad reformista lanzada el año pasado. Se intensifica el intercambio de información entre gestores locales y sus pares del exterior que no ocultan su incomodidad ante el creciente ruido político, más en un año no electoral. Por ahora el que se lleva todos los elogios es el "Toto" que en dos meses se aseguró cubrir el 50% de las necesidades de financiamiento del Tesoro del año. Más aún ahora con el advenimiento de Powell (que discrepa con la jefa del FMI por la reforma tributaria y su efecto sobre la economía) y la guerra comercial lanzada por Trump contra el acero, que prometen tasas en alza. Por lo pronto, el bono gatillo atrajo el interés del exterior y ello se plasmó en más del 40% de las órdenes sobre el Gato 20, como le dicen en el mercado al nuevo bono. "El Toto estuvo amarrete con lo que pagó, por eso salió el 23 bajo la par", comentó un gestor. Lo cierto es que a Caputo, si le siguen lloviendo los dólares. ¿Cuándo llegarán las golondrinas productivas?
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Son tiempos de calculadora en mano para los amantes del carry-trade. Por ello un gestor comentó un estudio de Quantum sobre las tasas implícitas por riesgo cambiario versus la curva de Lebac, que según el plazo, dan que el diferencial está en el orden de los 350 a 400 puntos básicos (de los más altos de los últimos meses). De acuerdo con una simulación a fin de octubre, el rendimiento en dólares es superior a los de una Lete. Y descontando impuestos, el diferencial sigue siendo a favor de la cobertura.
Repatriado tras varias décadas en Brasil, quién fuera jefe de gabinete de la embajada argentina en Brasilia durante la gestión Herrera Vegas, volvió al país y reunió a varios excompañeros y colegas a un reencuentro gastronómico. El anfitrión, Juan Soldano Deheza, deleitó a sus comensales, hombres del mercado, del Palacio de Hacienda, BCRA, y otros de organismos internacionales con todo el protocolo gourmet. Entre chipirones, setas, gambas y un reguero de vinos de cava, jugosos chismes amenizaron el reencuentro de estos economistas ochentosos. Allí se comentó lo que hará un nuevo banco que sacudirá la plaza con una estrategia agresiva, aprovechando una ventana que le abrió el mega DNU de enero pasado. También la reunión de la Cámara de Agentes de Bolsa, que al parecer fue muy picante, concentró la atención de la mesa. Siguen los chisporroteos por el BYMA-Rofex gate y el conflicto de interconexión. Se brindó por la baja de aranceles de la Caja de Valores, ¡un 25%! Otro comensal puso el ojo en las ventas de divisas del Tesoro al BCRA, que el 23 de febrero le vendió otros u$s2.000 millones. En lo que va del año el Tesoro ya le vendió u$s8.000 millones, o sea que le quedan unos u$s1.000 millones de la colocación de enero. Lo que no excita es el G-20. Se comentaron las reuniones maratónicas que prometen solo declaraciones rimbombantes para el cónclave anual y nada concreto.
Tras el velatorio del pago del año pasado, parte de la legendaria logia cuponera se reunió en un after. Con los pronósticos para este año, también se descuenta que las apuestas sobre el cupón PBI serán para los amantes al riesgo, o casi suicidas. Un miembro activo de la logia advertía sobre el drenaje de fondos que hubo en los mercados emergentes en febrero. Según datos privados, hubo una salida neta de fondos de u$s4.500 millones. Fue la primera salida mensual desde noviembre de 2016. Los más castigados fueron las carteras de los fondos de acciones con casi u$s6.000 millones netos. También el apetito por bonos emergentes se derrumbó. En enero habían entrado más de u$s16.000 millones netos, mientras que en febrero sólo ingresaron u$s1.300 millones. El gran culpable, las nuevas condiciones financieras en EE.UU. Destacaron a la vez las fuertes compras de divisas de los bancos centrales de países emergentes, más de u$s35.000 millones, entre los que brillaron Rusia, Argentina, Turquía y Tailandia.
Las criptodivisas no escaparon al ágape. Para algunos están más muertas que vivas y la burbuja ya se frenó. Sin embargo, un cuponero con serios lazos en Wall Street alertó sobre la movida de Goldman Sachs que a través de su "start-up" Circle Internet Financial compró Poloniex en u$s400 millones (es uno de los mercados de intercambio más importantes de bitcoins). Circle es una de las principales proveedoras de liquidez y fuente de tesorería para start up emisoras de e-token (ICO) con un volumen mensual de 2.000 millones. Un estudioso recordó la frase de Connaly, secretario del Tesoro de EE.UU. en 1973, que tras el abandono del patrón oro les dijo a sus colegas europeos comunitarios que "el dólar es nuestra divisa, pero es su problema". Comentó esto en referencia al impacto del "Petro" la cripto que lanzó Maduro en Venezuela y que ya recaudó u$s1.000 millones y esperan hasta u$s2.300 millones. A estas criptodivisas nacionales no puede llegar ni el brazo de la Fed ni del BCE. ¿Nace un nuevo canal de financiamiento soberano?
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