Río de Janeiro - El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se despidió ayer de los brasileños en su último pronunciamiento oficial en televisión, que estuvo cargado de tintes emotivos y en el que pidió apoyo a su sucesora, Dilma Rousseff.
«Pido a todos que apoyen a la nueva presidenta. Eso también significa rendir cuentas, es un estímulo para que queramos hacer más», afirmó el mandatario. Luego deseó que, con Rousseff, Brasil se convierta en «uno de los países más igualitarios del mundo».
Agencia EFE
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