10 de noviembre 2017 - 00:00

Magnífico “Orfeo” en el año Monteverdi

Orfeo. La Cappella Mediterranea y el Coro de Cámara de Namur, dirigidos por Leonardo García Alarcón, en este antológico “Orfeo” que presentó el Mozarteum Argentino en el Teatro Colón.
Orfeo. La Cappella Mediterranea y el Coro de Cámara de Namur, dirigidos por Leonardo García Alarcón, en este antológico “Orfeo” que presentó el Mozarteum Argentino en el Teatro Colón.
A 450 años del nacimiento de su autor, y a 410 años de su estreno en Mantua, el "Orfeo" de Claudio Monteverdi volvió a sonar en el Teatro Colón como cierre del primer ciclo del Mozarteum Argentino. Y lo hizo en una versión extraordinaria que brilló con luz propia gracias a la calidad de elementos con los que contó y a su capacidad de poner de manifiesto la vigencia de este drama.

El responsable principal fue Leonardo García Alarcón, un nombre tal vez no muy conocido para el público mayoritario pero sí para los amantes y cultores de los repertorios preclásicos y la interpretación históricamente informada. Nacido en La Plata y formado allí y en Ginebra, García Alarcón (quien desarrolla una carrera intensa en Europa) volvió de la mano de sus ensambles Cappella Mediterranea y el Coro de Cámara de Namur, a los que se sumó el excelente Coro Ciudad de Mendoza dirigido por Ricardo Portillo.

El detalle con el que el libretista Striggio y el músico Monteverdi dotaron a su "Orfeo", primera obra maestra del género operístico, hacen que la pieza pueda transmitir toda la intensidad de su mensaje aún sin una puesta en escena, como sucede en este caso: palabra y música pintan los climas y afectos. Lo que sí se vuelve imprescindible en una interpretación de esta obra es un trabajo sobre el color instrumental en su relación con el texto, una de las grandes novedades que el compositor cremonés aportó a su época. Y aquí es donde el trabajo de García Alarcón, secundado por la solvencia de los fantásticos músicos de la Cappella Mediterranea, sobresale por su excelencia; asombra en especial en el tratamiento del continuo, con una paleta cromática que envuelve y a la vez cimienta cada momento con asombrosa perfección.

Dentro de un elenco de solistas parejo, Mariana Flores aportó convicción y matices como La Música y estremeció con su interpretación de Euridice, con afinación infalible y emisión sin ataduras. Como Orfeo, el tenor Valerio Contaldo tuvo una actuación más contenida pero de muy buen nivel. La Mensajera de Giuseppina Bridelli y el Caronte de Salvo Vitale fueron otros dos puntos altos del elenco, junto a Alejandro Meerapfel (Plutón) y Anna Reinhold (Proserpina y La Esperanza). Homogéneos en sonido y musicalidad, ambos coros completaron un cuadro musical para el recuerdo.





="L'Orfeo". Libreto: A. Striggio. Música: C. Monteverdi. Dir.: L. García Alarcón (Mozarteum Argentino, Teatro Colón).

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