14 de noviembre 2016 - 21:44

Malvinas, por sus protagonistas

• LOLA ARIAS PONE EN ESCENA A EXCOMBATIENTES ARGENTINOS E INGLESES
Experta en llevar al escenario a personas y testimonios de nuestro pasado reciente y también de su historia familiar, Arias estrenó “Campo minado”, ya vista en Inglaterra, una pieza en la que reúne a antiguos enemigos.

Arias. Una exploración de la memoria sobre un hecho traumático.
Arias. Una exploración de la memoria sobre un hecho traumático.
Así como Daniel Baremboim creó una orquesta con israelíes, palestinos y otros músicos de Medio Oriente para promover la paz, la directora Lola Arias consiguió reunir a seis excombatientes de la Guerra de Malvinas: tres argentinos y tres ingleses dispuestos a compartir las experiencias vividas durante el conflicto bélico.

Se trata de "Campo minado", una coproducción del Lift Festival, el Brighton Festival, el Royal Court Theatre y la UNSAM que tras su debut en Brighton (Inglaterra) se estrenó el jueves último en el Espacio UNSAM (Sánchez de Bustamante 75).

Arias, que además es actriz, escritora y cantante, ya ha trabajado con testimonios y protagonistas de nuestra historia reciente ("Mi vida después", "El año en que nací") y de su historia familiar ("Melancolía y manifestaciones").

"'Campo minado' es también un experimento social...", afirma la directora. "El hecho de juntar a antiguos enemigos para tratar de reconstruir la historia de la guerra es ya de por si una experiencia bastante radical. Tenían 18, 20 años cuando fueron a combatir. Ahora tienen cincuenta y pico y cada uno hace su propio relato de lo que vivieron en esos setenta y cuatro días que duró la guerra".

Periodista: ¿Hubo testimonios que prefirieron descartar?

Lola Arias:
En la obra se habla mucho de lo que significó juntarse y compartir recuerdos. También hablan de algunas escenas polémicas que decidieron no incluir, por ejemplo, los estaqueamientos del lado argentino. Y hay una especie de pacto tácito entre los veteranos de que todo está bien en tanto y en cuanto no se discuta el asunto de la soberanía. Dejaron afuera ese tema para poder estar juntos. Igual se hacen bromas. Hay humor entre ellos y el tiempo permitió un distanciamiento de los hechos. La obra trabaja mucho sobre lo que la memoria borra o conserva de una experiencia tan radical y sobre el efecto que tuvo en sus vidas.

P.: Un crítico inglés lo definió como una suerte de teatro terapéutico que a la vez brinda una lección de historia.

L. A.:
No es una obra de ficción ni de personajes, evidentemente. No responde a ningún tipo de convención de teatro realista. Es como una performance en el sentido de que ellos están ahí, hablan de sí mismos con una narrativa al público bastante directa y utilizan distintos procedimientos y material documental: videos, fotos y cartas. Es como viajar en una máquina de tele-transportación. Uno los acompaña para recordar quiénes eran, qué pasó con la guerra y cómo volvieron. Al reconstruir sus historias, de alguna manera también se va reconstruyendo la historia del país.

P.: Los diarios ingleses elogiaron su objetividad...

L.A. :
Fue un trabajo de mucho tiempo, yo empecé en 2013 a entrevistar veteranos de Malvinas y viajé muchas veces a Inglaterra. Entrevisté a historiadores y trabajé con los psiquiatras del Centro de Veteranos de Malvinas de acá. Fue una investigación muy larga y difícil también; porque generó una especie de pánico en todas las instituciones, sobre todo en las de este lado. De hecho, el título de este trabajo tuvo que ver con la sensación de estar caminando por un campo minado. Y eso continúa. A pocos días del estreno siguen los temores y paranoias sobre si las llamamos Malvinas, Falklands y por qué... Acá sigue siendo un tema muy en carne viva pese a los años que pasaron.

P.: ¿Hay una mirada crítica sobre el manejo político de esa guerra?

L. A.:
No es algo central en la obra, pero por supuesto hay referencias a Galtieri y a Margaret Thatcher. Es interesante escuchar otra vez esas voces y los motivos que dieron cada uno para sostener el conflicto, así como las consecuencias que tuvo esa guerra en la política interna de cada país. Para Gran Bretaña significó la reelección de Thatcher y consolidó el avance del neoliberalismo: desmantelamiento del Estado de bienestar, control total de los sindicatos, etcétera. Y en la Argentina, como es sabido, la Guerra de las Malvinas fue una estocada final para el Gobierno militar.

P.: ¿Se inspiró en algún referente para la creación de "Campo minado"?

L. A.:
En términos de obra de teatro, no. Los materiales que me interesaban vinieron de las artes visuales. En especial una obra en video de 2001, del artista conceptual Jeremy Deller que se exhibió en Proa el verano pasado. Lo que él hizo fue un "re-enactment" masivo de lo que se llamó "la batalla de Orgreave", un violento enfrentamiento entre los mineros y la policía británica ocurrido en junio de 1984 que derivó en una masacre. Deller reconstruyó ese incidente con los mismos mineros y policías y también participa otra gente. Todo eso se filmó y el resultado es muy impresionante. Precisamente, esa idea de volver a poner en el cuerpo una historia del pasado para pensar sobre los efectos que eso tuvo en sus propios protagonistas es lo que a mí me interesa con respecto al uso del arte performático.

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