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“Me violaron tantas veces que no recuerdo la primera”
La víctima declaró en la primera audiencia ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Bahía Blanca que los abusos fueron "carnales" y por vía "oral y anal". Molina, de 35 años, dijo ante los jueces Mario Lindro Burgos, Hugo de Rosa y Elena Baquenado que mientras estuvo cautiva en la casa de Heit y Olivera, éstos le dieron de comer "polenta con alimento para perros" y hasta "excremento de perro".
Durante la audiencia, que comenzó pasadas las 10.20, la víctima contó que conoció a Olivera en 2009, en la localidad rionegrina de Río Colorado, donde él le dijo ser un pastor evangélico y luego la convenció para que le entregue dinero para crear una congregación.
"Se había presentado como pastor, por ese motivo había quedado alojado en casa de mi hermana, lo que es costumbre en la Iglesia Evangélica", recordó la mujer. Según Molina, Olivera trabajaba entonces en un galpón de empaque y le "propuso trabajar en una ONG y formar con el tiempo lo que iba a ser Visión 21".
"Él fue varias veces a Río Colorado y comentó que tenía una mujer preparada para él, con la cual se iba a casar y tenía un llamado de Dios para trabajar", indicó. Luego, Molina relató que la primera vez que viajó a Coronel Suárez por pedido de Olivera y Heit lo hizo con su madre, con la que había comenzado a trabajar en el proyecto religioso.
La víctima contó que poco después se fue a vivir a Coronel Suárez y que en un primer momento se alojó en dos hoteles hasta que finalmente se fue a vivir a la casa de Heit y Olivera. "Estefanía dormía en una de las habitaciones y cuando me quedé la primera noche me hicieron una cama provisoria con almohadones que habían comprado para los perros", dijo.
Según la víctima, poco después la pareja comenzó a amenazarla con que su hija que vivía en Río Colorado iba a tener problemas.
Sobre cómo fue su cautiverio, la víctima contó: "Me llevaron a la casa y me encerraron, siempre estaban las amenazas a la nena y mi familia, y sólo salía a cobrar giros de Western Union".
Sobre los castigos que denunció, Molina dijo: "Me habían quemado en la mano, me pegaba Olivera y Heit me pegó una sola vez". "Hacían como que yo estaba endemoniada y me golpeaba sola (...) Supuestamente me golpeaban para sacarme el demonio", expresó. Al preguntarle el fiscal del juicio, Eduardo Zaratiegui, sobre el inicio de los abusos, Molina respondió: "En realidad fueron tantas veces que no recuerdo la primera". "Consistían en abusos carnales, oral y anal", añadió, y luego negó haber hecho "ayuno" como parte de las prácticas evangélicas.
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