22 de diciembre 2023 - 00:00

Milei habilitó ingreso de SAD, viejo deseo de Macri que choca con AFA

Será la tercera vez que el ente rector del fútbol argentino se enfrente a la disyuntiva tras los fallidos intentos de 1998 y 2016. Difícil que prospere.

El megadecreto de necesidad y urgencia (DNU) 70/2023 de desregulación de la economía que el presidente Javier Milei anunció anteanoche por cadena nacional incluye 366 artículos, uno de ellos destinado a un tema sensible para el fútbol argentino: la habilitación para que los clubes puedan transformarse en Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), un deseo que había quedado trunco durante el gobierno de Mauricio Macri.

“Nosotros damos la opción de que se amplíe el régimen de sociedades posibles. Es opcional. Si querés, podés seguir teniendo el club como lo tenés ahora”, señaló Milei ayer por la mañana, en diálogo con Radio Rivadavia. Luego, el Presidente de la Nación explicó en una afirmación que va en contra del concepto de antideportividad: “Lo que puede suceder es lo siguiente: vos tenés el club ‘A’ y el club ‘B’. Históricamente al club ‘A’ le iba bárbaro. El club ‘B’ decide entrar en un formato capitalista, le inyectan dinero y ahora gana siempre. En cambio, al club ‘A’ con la lógica del pobrismo le va a empezar a ir mal”. En esa misma línea argumental, se preguntó: “¿Qué va a querer la gente? Que seamos capitalistas. Los que se oponen están defendiendo negocios propios”, fustigó.

Sin embargo, y más allá del DNU, aún resta clarificar el camino para que si un club quisiera convertirse en SAD lo logre. Por un lado, deben ser reglamentadas por una ley sancionada en el Congreso, algo que el propio Macri intentó durante su gobierno a través de un anteproyecto que no prosperó. Los clubes de fútbol rechazaron la iniciativa tajantemente y el gobierno macrista no cosechó las adhesiones parlamentarias suficientes para que la idea avanzara.

Ahora, el panorama es un poco distinto. En el lugar número 27 de su enumeración, Milei afirmó: “Modificación de la Ley de Sociedades para que los clubes de fútbol puedan convertirse en sociedades anónimas, si así lo quisieran”. Luego, en el DNU, se confirmó que hubo cambios en 13 artículos y una incorporación dentro de la Ley del Deporte (20.655).

Es decir, no se trata de una obligación sino de una habilitación para que los clubes tengan una nueva organización jurídica, en la que los propietarios son accionistas e inversores, no así de los socios como ocurre en las organizaciones sin fines de lucro. Por tal motivo, muchos de los que se manifestaron en contra de las SAD repiten que “el club es de los socios”.

El mega DNU tiene, además, otras dos cuestiones puntuales: por un lado, rebautiza a las asociaciones civiles como “organizaciones deportivas” (más allá de su modelo de gestión). Por el otro, les otorga un plazo de un año a todas las asociaciones, federaciones y confederaciones para adecuar sus estatutos a los lineamientos del decreto. Es decir, la aceptación de clubes o instituciones que no sean necesariamente asociaciones civiles sin fines de lucro.

De todos modos, hay un punto medular, que tensiona al extremo con el megadecreto de Milei: el estatuto de AFA, que define específicamente a un club como una “asociación civil con personería jurídica en los términos de lo dispuesto en el Código Civil y Comercial de la Nación, Libro I, Título II, Capítulo 2, y la autoridad de contralor de la respectiva jurisdicción que ha sido admitida por la Asamblea como miembro de la AFA o de una liga reconocida y con al menos un equipo que participa en una competición”.

El primero en reaccionar al DNU 70/2023 fue Juan Pablo Beacon, presidente de la Liga Patagónica de Fútbol y secretario del Consejo Federal de la AFA -que agrupa a todo el Interior del país-, quien anticipó el rechazo de la entidad de la calle Viamonte. “Que la ‘prerrogativa’ para transformarse en SA sea solo para los ‘clubes de fútbol’, y no vinculados a las asociaciones civiles en general, además de no ser ni necesario ni urgente, es una inequívoca intromisión en los asuntos internos de AFA (prohibido por FIFA y CONMEBOL). Ojo”, escribió en su cuenta oficial de la red social X (exTwitter).

Otro dirigente que se mostró contrariado fue Eduardo Spinosa, presidente de Banfield. “Con todos los problemas que tiene el país, me pregunto cuál es la urgencia y en qué beneficia al Estado que los clubes sean SA, ya que el Estado no paga un peso a los clubes por ningún concepto ni los subsidia. Hasta la Policía pagamos los días de partido. Sinceramente no entiendo el beneficio económico al país de esta “urgencia” dentro de un paquete de medidas tendientes a mejorar las arcas del Estado”, se preguntó el mandamás del “Taladro” en su estado de WhatsApp. Esta será la tercera vez que la AFA se enfrente a la disyuntiva de que ingresen a su estructura las SAS para convivir con asociaciones civiles sin fines de lucro. La primera fue en 1998 cuando Macri, entonces presidente de Boca, logró que se votara en Asamblea de AFA, con un rechazo casi absoluto (solo él mismo apoyó). La segunda, en 2016, cuando la AFA fue intervenida por la FIFA y el Comité Normalizador que presidió Armando Pérez: el tema no llegó a tener tratamiento en la Asamblea.

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