“Como decía Sarah Kane en ´4.48 Psicosis´, un instante lúcido antes de la noche interminable. Como si a uno le pasara la vida entera en un algo fugaz. Mi personaje desea que lo quieran, lo acepten y tener un lugar”, dice Luciano Cáceres sobre “Muerde”, unipersonal escrito y dirigido por Francisco Lumerman, que se estrenó el pasado viernes en Moscú Teatro.
“Muerde”, de Lumerman: un raro formato de thriller unipersonal
Diálogo con su autor y director, y con su protagonista, Luciano Cáceres. La obra fue estrenada el pasado viernes en el Moscú.
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Muerde. Francisco Lumerman y Luciano Cáceres, al frente de la obra.
“Muerde” es un thriller en solitario, casi policial, en el que René intentará averiguar de dónde vienen sus heridas mientras Rosa, y su pasado, lo acechan en todo lo que calló. La obra ganó el 2° premio de obras inéditas del Fondo Nacional de las Artes 2015. Cuenta con iluminación de Ricardo Sica y diseño sonoro de Agustín Lumerman. Se representa viernes y sábados a las 19. Dialogamos con el actor y el director.
Periodista: ¿Cómo es este personaje y cuáles son sus miedos? ¿Por qué no recuerda nada de lo que hizo?
Luciano Cáceres: René le tiene miedo a la noche, como cualquier niño. A los 10 años quedó abandonado en este taller de carpintería que fabrica ataúdes. No tiene noción del tiempo pero recuerda todo con lujo de detalles, de eso va la obra, de los detalles que desordenadamente se le acomodan en la mente.
Francisco Lumerman: René vive en las afueras de un pueblo pequeño y siempre vivió solo. Es un personaje que atraviesa el desamor y encuentra en algunos vínculos la posibilidad de desplegar su ternura hacia los otros. Va quedando afuera de cualquier lugar que la sociedad espera que las personas tengan y eso lo convierte en encantador y útil para los otros. René no tiene una mirada crítica ni rencorosa sobre los demás sino que es un funcionamiento que lo lleva a ser de determinadas maneras, le da miedo quedarse solo y las irrupciones de violencia que tiene, llegan, y no sabe cómo explicarlas. Hizo cosas que luego no puede recordar e intenta reconstruir ese pasado para tratar de entender.
P.: ¿Qué temas aborda la obra?
L.C.: La relación de un hijo con su padre y madre ausente, su primer amor, su debut sexual, la violencia naturalizada, el desamor, el destrato, ser el diferente y la brutalidad que genera en el entorno, que por momentos se compara con los perros pero que supera todas las violencias posibles. Habla del abuso sufrido por un hombre, algo peculiar en estos tiempos.
F.L.: El amor siempre aparece, pero está la cuestión de dónde comienza la violencia, cómo se activa, como se legitiman algunas violencias y otras no. La estigmatización y el ver un poco más allá.
P.: ¿Cómo se dota de dinamismo al unipersonal?
L.C.: El dinamismo está puesto en la palabra, en ese ir y venir de pensamientos, situaciones, voces que atravesaron su vida, y la acción y el dinamismo también es emocional, no necesariamente hay que tener muchos movimientos físicos para que todo se mueva por dentro y estalle en el espectador.
F.L.: Hay algo de la actuación que es fundamental siempre pero más en un unipersonal. Hay que estar a favor de lo que se está contando, y que todos los elementos de la puesta funcionen de manera dinámica para apoyar ese relato. Estuvo primero la composición actoral, luego la música compuesta especialmente por Agustín Lumerman para dar apoyo y generar climas, lo mismo que las luces de Ricardo Sica. No sé si tiene que tener un dinamismo particular sí focalizar como siempre en el cuerpo del actor que es un trabajo artesanal. Luciano juega muy bien con los elementos que propone el texto y da diferentes matices.
P.: ¿Qué diferencia hay entre esta obra y la versión que se hizo para streaming en pandemia?
F.L.: Totalmente diferente, en su momento era el teatro que podíamos tener y fue valorada pero esto es volver al formato para el que el texto fue escrito, fue volver al territorio. Esta obra la monté en Lima con otro actor y esta es una tercera revisión del texto, me propuse no tomar nada de lo que había hecho antes y entregarme en los ensayos con Luciano a donde nos llevaba, descubrir como resuena ahora en este teatro, con este actor y este contexto.
P.: ¿Cómo ve la escena teatral en este momento?
L.C.: Las artes escénicas siguen siendo nuestro lugar de referencia y resistencia, donde podemos hablar de nuestras historias, identidad y más en el teatro independiente, donde lo que más moviliza es el placer y deseo de llevarlo a cabo sin precio que calcular. Estamos en un momento crítico a nivel político donde se debate en una de las propuestas anular todo lo que tenga que ver con la cultura, el arte y sacar todo tipo de apoyo. Siempre hay movimientos y creativos interesantes con nuevos puntos de vista sobre los mismos temas de siempre.
F.L.: El teatro está muy vital y el regreso a salas es contundente pese a crisis económica. Defendemos esos lugares de encuentro con muchos estrenos a fin de año aunque la crisis en términos de producción radica en cómo lograr llevar materiales al escenario y como sostener salas independientes, siempre es algo a seguir pensando. De cara al balotaje con mucha preocupación por esta manera de ver el mundo en la que para mi el Estado tiene que estar presente, aún más que hoy. Un país sin que apoye el Instituto de cine o teatro no se puede contar a si mismo, es un país sin identidad.
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