11 de noviembre 2010 - 00:00

No hubo número en el Senado para derogar superpoderes

El kirchnerismo no bajó al recinto y la oposición no logró derogar los superpoderes presupuestarios del jefe de Gabinete.
El kirchnerismo no bajó al recinto y la oposición no logró derogar los superpoderes presupuestarios del jefe de Gabinete.
La sesión en el Senado que debía tratar como primer tema la reforma de los llamados superpoderes presupuestarios se suspendió ayer debido a la falta de quórum, luego de que el bloque oficialista no bajara al recinto. Con Julio Cobos a cargo de la Presidencia de la Nación, a las 16.00 el presidente provisional del Senado, José Pampuro, levantó la sesión al haber en sus bancas sólo 31 senadores de la oposición.

En el temario previsto se incluía el proyecto de reforma del artículo 37 de la Ley 24.156 de Administración Financiera, que le otorga al jefe de Gabinete de la Nación la facultad de reasignar partidas presupuestarias sin previa aprobación del Congreso. «Lamentablemente el Frente para la Victoria no bajó a dar quórum en una sesión que era a suerte y verdad. Con esto demuestran que no quieren ningún tipo de limitación, sino mantener la discrecionalidad para pasar partidas de un lado a otro», se quejó el presidente del bloque del socialismo, Rubén Giustiniani.

El proyecto fue sancionado en 2008 por el Senado y modificado en Diputados, por lo que en la sesión prevista para ayer los legisladores debían aprobar las variantes hechas por la Cámara baja o insistir en la redacción original. Sin embargo, luego de trascurrida una hora desde la convocatoria de la sesión, el oficialismo no había bajado al recinto, a lo que se sumaron las ausencias de los opositores Josefina Meabe, Blanca Monllau y Juan Pérez Alsina, y de la independiente María José Bongiorno.

Dictámenes

El martes, el oficialismo firmó un dictamen de mayoría que proponía insistir en el proyecto original, que limitaba al 5 por ciento el monto de las partidas que pueden ser modificadas por el Ejecutivo, mientras que la oposición elaboró un dictamen de minoría que apuntaba a la eliminación total de esa facultad.

El senador kirchnerista Nicolás Fernández ya había adelantado que la postura del oficialismo sería rechazar cualquiera de los dictámenes, a pesar de que el senador radical Ernesto Sanz había advertido que eso sería una «violación a la Constitución Nacional».

En efecto, el artículo 81 de la Constitución indica que la Cámara de origen -en este caso, el Senado- «podrá aprobar el proyecto con las adiciones o correcciones introducidas o insistir en la redacción original». Por ello, minutos antes de que Pampuro levantara la sesión, algunos senadores se manifestaron en minoría, como Giustiniani, quien afirmó que «el oficialismo ha vuelto sobre sus pasos».

«Fue una puesta en escena aquello que vimos por televisión, cuando el Poder Ejecutivo dijo que se autolimitaba», afirmó Giustiniani, en alusión al proyecto que el Gobierno envió en 2008 y que fijaba en un 5 por ciento el monto de partidas que el jefe de Gabinete podía reasignar.

A su turno, el jefe del bloque de la UCR, Gerardo Morales, consideró que el Gobierno «va por más superpoderes» y advirtió que «ratificaron que quieren rechazar todo, eso está impedido por el segundo párrafo del artículo 81 de la Constitución».

En la sesión que finalmente no se realizó, también iban a tratarse proyectos de menor envergadura política, entre ellos, uno para declarar de interés público el uso eficiente de la energía eólica y otro para crear la comisión Banca de la Mujer en el Senado.

Responsabilidad

Desde el oficialismo, Miguel Ángel Pichetto afirmó que «cuando la oposición plantea temas que buscan lesionar al Gobierno, es su responsabilidad conseguir el quórum» y justificó así la estrategia de su bloque de hacer caer la sesión de la Cámara alta en la que iban a tratarse los llamados «superpoderes».

«Hoy ha quedado demostrado que no tienen el número para imponer una agenda propia», disparó Pichetto en alusión al fracaso de la sesión en la que el oficialismo se ausentó y la oposición no logró reunir los 37 senadores necesarios para iniciar el debate.

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