27 de julio 2010 - 00:00

Nocaut Técnico

Noviembre 4 de 2008; los rostros sonrientes de Bilardo, Maradona y Grondona el día del comienzo del ciclo. La feliz convivencia duró sólo un suspiro.
Noviembre 4 de 2008; los rostros sonrientes de Bilardo, Maradona y Grondona el día del comienzo del ciclo. La feliz convivencia duró sólo un suspiro.
Un buen resumen de las características que tuvo la relación Maradona - Grondona a lo largo de los veinte meses que duró la gestión es el tiempo que tuvo que pasar desde que Argentina quedó eliminado en la goleada ante Alemania en Ciudad del Cabo hasta que se vieron las caras ayer en Ezeiza, en la casa del presidente de Tristán Suárez, Gastón Granados. En 23 días, ni con interlocutores pudieron alejarse de los desencuentros que marcaron una característica inequívoca de la relación seleccionador - presidente de AFA. Intentaron convivir incluso, cuando todos apostaban a un matrimonio poco armonioso.

Una hora y media alcanzó para confirmar que de ambas partes no se mostraban las mejores intenciones para renovar un contrato que había caducado cuando culminó la participación argentina en el Mundial. Diego Maradona llegó a la cumbre con una lista de pretensiones, que además de sostener a absolutamente todos sus colaboradores también pretendía una mejora de contrato del 25%. Don Julio pareció saber las cartas que iba a intentar jugar el DT, pero su sorpresa fue mayúscula cuando escuchó la exigencia económica; ahí en su interior supo que la Selección debía buscar un nuevo entrenador porque la actitud de Maradona, muy lejos de ser conciliadora, era de un alto grado de beligerancia. Grondona no llegó a la reunión con los ojos cerrados; por el contrario, sabía muy bien con los bueyes que araba. En el transcurso del fin de semana le habían levantado el pulgar desde los estratos más altos de la política oficial para que actúe con su cintura dirigencial. «Julio, confiamos en vos; hacé lo que te parezca», y el presidente actuó en consecuencia, sabiendo que en estas circunstancias nadie mejor que él para salir airoso. Por lo bajo, la gran mayoría de los directivos de AFA preferían no apostar a la continuidad, pero nadie se animaba a hacerlo público, sabiendo que pocos resistirían con entereza el contragolpe del 10 y que algún costo político se paga cuando el rival es Maradona. Grondona lo resolvió en una hora y media de reunión.

La intensión era que el cuerpo técnico tuviese un ayudante de campo nuevo en lugar del cuestionado Alejandro Mancuso (Fernando Gamboa y el técnico de Lanús, Luis Zubeldía, eran la propuesta de Grondona), pero la intervención de Diego Maradona en el programa «El show del fútbol» del domingo a la noche por canal América terminó de empujar a don Julio a que la renovación sea total. «Si me tocan a un colaborador, aunque sea el utilero, me voy», amenazó Diego al aire, con formas que parecían del pasado lejano de Maradona. A Mancuso y Héctor Enrique (que vuelva a trabajar a las selecciones menores) se les sumaban colaboradores de evidente menor rango, que en la ecuación no cambiaban mucho, sólo ser un instrumento de presión para demostrarle al 10 quién era el que tenía la sartén por el mango. Ahí tomaron notoriedad los nombres de Donato Villani (médico), Fernando Signorini (preparador físico), Marcelo Dalto (utilero), Marcelo DAndrea (masajista) y el coordinador de selecciones Daniel Pellegrino, al cual ya le habían comunicado que no seguiría en su cargo. Con semejante desguace, Maradona tomó la decisión de irse, no por fidelidad, sino porque veía que el panorama iba a ser muy alejado de lo que él había planeado.

La inmediatez del partido con Irlanda del miércoles 11 de agosto de Dublín obligó a echar mano a un plan de emergencia, no sólo para elevar la lista de los jugadores convocados (se hará hoy), sino también para designar a Sergio Batista como entrenador interino para ese amistoso, con la participación activa de Carlos Bilardo en la preparación del partido, porque si bien los contratos del cuerpo técnico saliente finalizaron en Sudáfrica, el vínculo de Bilardo recién llega a su fin con la Copa América del año próximo en nuestro país. Así se llega el fin de un ciclo que hoy se hará oficial delante del comité ejecutivo de AFA, pero que, para muchos, hace días ya había visto la caída del telón. El saber popular reza que de las derrotas es probable que uno saque mejores enseñanzas que de las victorias y este ciclo que acaba de terminar, el de Maradona como seleccionador del equipo nacional, ha tenido un par de decenas de ítems donde podrían materializarse varias enseñanzas; será cuestión de que cada uno se haga cargo de lo que le corresponde.

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