20 de agosto 2009 - 00:00

Oposición arrancó diálogo rechazando obras de Macri

Mauricio Macri, ayer, junto a la ministra de Desarrollo Social, María Eugenia Vidal, en la reinauguración de un parador en la Costanera Sur destinado a familias sin hogar.
Mauricio Macri, ayer, junto a la ministra de Desarrollo Social, María Eugenia Vidal, en la reinauguración de un parador en la Costanera Sur destinado a familias sin hogar.
Mauricio Macri arrancó ayer la ronda de su propio diálogo en la Capital Federal con algunos bloques de la oposición, que en principio le rechazaron algunas ideas económicas al mandatario.

Entre las cuestiones, el jefe de Gobierno explicó -tal como anticipó este diario- que la Ciudad de Buenos Aires, a su criterio, necesita $ 60 mil millones en infraestructura. Es decir, antes que nada aumentó en $ 10.000 millones lo que venía cotizando ante los ministros y diputados de su bancada PRO.

Lo escucharon Diego Kra, del kirchnerismo, y Enrique Olivera, de la Coalición Cívica, junto a la socialista Verónica Gómez, al telermanista Raúl Fernández y a la ex macrista Dora Mouzo.

«Con esa plata prefiero mudar la Ciudad a Florianópolis y tenemos playa y todo», le espetó Kravetz antes de cualquier comentario.

«No -replicó algo serio Macri- no es para mudar la Ciudad a Florianópolis». Entonces el jefe de Gobierno explicó la necesidad de más tendido de subtes, de un centro cívico, de reparación de calles, escuelas, hospitales y un sinnúmero de propuestas que no llegó, a juzgar por lo que siguió, a comprender su público.

Para reforzar esa idea se sentaron junto al jefe porteño, el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta; el secretario Marcos Peña, los legisladores Diego Santilli y Oscar Moscariello (titular de la bancada PRO) y por supuesto el ministro de Hacienda, Néstor Grindetti.

«No nos queda claro cómo sale esa cifra», casi se unificaron los escuchas opositores. Es cierto, ya que así piensan sus propios ministros, sorprendidos el martes pasado ante la misma exposición, cuando les habló de una inversión de $ 50.000 millones y se sintieron ofendidos por no haber sido consultados para la valorización.

Los cierto es que a su turno, R. Larreta fue más concreto. El jefe de Gabinete macrista apuntó directamente al proyecto del ley que está en debate en la Comisión de Presupuesto, mediante el cual el Gobierno de la Ciudad solicita la emisión de bonos por $ 700 millones. El fundamento de ese pedido es que el Gobierno porteño se habría gastado el dinero que suponía conseguirá de la conformación de un Fondo para Infraestructura Social (Foiso). Es el fondo que iba a conformar con la emisión de bonos Tango, pero no pudo hacerlo: ni el Gobierno nacional firmó el aval, ni el mercado estuvo en condiciones.

Los legisladores, lejos de expresarse para alentar a Macri en la hechura del proyecto «veinte-veinte» (2020) para acordar prioridades que sobrepasen su mandato, comenzaron a rechazar obras.

«Nosotros podemos aceptar la deuda, pero para empezar ustedes tienen que frenar los proyectos faraónicos, si no nosotros no tenemos por qué aceptar el rojo en sus cuentas», sostuvieron casi en sintonía Kravetz y Olivera.

Le reprochan al jefe de la Capital Federal la construcción de un centro cívico que está planificado para trasladar las dependencias de la administración hacia Barracas, donde están actualmente los neuropsiquiátricos Borda y Moyano (pero no precisamente allí); que también esté en proceso de licitación el túnel bajo la 9 de Julio y menos le aceptan el llamado para la construcción del Parque Central Norte, que tiene previsto unir plazas de Recoleta como obra simultánea al túnel para el tránsito.

De todos modos, la ronda fue amena y la consideraron «positiva».

Para Moscariello, las obras de las que reniega la oposición «están en discusión». Para el legislador, se trata del «inicio de una mesa de trabajo» para discutir «cómo hacer para que el Presupuesto tenga un excedente mayor y fijar prioridades».

Hoy seguirá Macri con otros invitados, ya que los bloques opositores son 15, en una ronda a la que resiste llamar «diálogo político» para no compararse con Cristina de Kirchner.

Patricia García

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