7 de julio 2016 - 00:00

P. Corradi declaró que Forza le dijo que la Morsa era Aníbal

Aníbal Fernández
Aníbal Fernández
Los muertos no se pueden defender, ni tampoco desmentir los dichos de quienes los acusan. Por eso la declaración de Ibar Esteban Pérez Corradi ante la jueza María Romilda Servini, deslindando la responsabilidad de identificar a la tan mentada Morsa, largamente mencionada en la causa del triple crimen de General Rodríguez, en Sebastián Forza una de las víctimas-, suena como una previsible estrategia defensiva para el hombre sindicado como el autor intelectual del múltiple homicidio.

En medio de un cinematográfico operativo de seguridad, Pérez Corradi declaró durante más de cuatro horas ante la magistrada en la sede del Edificio Centinela, donde manifestó que Sebastián Forza le había dicho que "La Morsa es Aníbal Fernández". En la indagatoria, el detenido manifestó que Forza le reveló antes de su muerte -de la que se desligó, así como de los otros dos crímenes- que había pagado "cientos de miles de dólares en bolsos a La Morsa" para obtener "protección y cobertura".

"El sabe quién es la Morsa y lo va a demostrar con pruebas, pero quizás hay más de una Morsa", confundió el abogado Carlos Broitman al momento de ingresar a la sala donde se le tomó declaración a su cliente. Sin embargo, a la salida se limitó a decir que "respondió a todos los interrogantes de la jueza" y que continuará colaborando con la justicia para el esclarecimiento de los casos en los que se encuentra imputado.

Antes de solicitar una suspensión de la audiencia hasta el lunes por encontrarse "cansado", Pérez Corradi prometió dar información sobre Ricardo Echegaray, ex jefe de la AFIP, y su relación con el tráfico de efedrina.

Por último, como parte de la declaración, el recapturado en la Triple Frontera también justificó su condición de prófugo y su ocultamiento en Paraguay porque, supuestamente, sufrió un intento de secuestro, razón por la cual corría riesgo la integridad física de su familia. La defensa de Pérez Corradi solicitó que su cliente pueda ingresar en el programa de protección de testigos, "porque la gravedad de lo que dice así lo amerita", indicó Broitman. Y completó afirmando que su defendido seguirá detenido en el edificio de la Gendarmería con estrictas medidas de seguridad. Incluso contó que hasta la comida que se le proporciona es probada con anterioridad por los custodios, "para evitar cualquier atentado contra su vida".

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