21 de septiembre 2017 - 00:00

Pese a menor consumo y suba de tarifas, aumentan $25.000 M subsidios en gas

El alza del gasto se debe a los pagos a petroleras por aumento en la producción, y a que los fondos de asistencia se alinean con los cuadros tarifarios. También se elevaron precios de importación de GNL.

Clima. Las temperaturas más benignas este invierno permitieron una restricción en los consumos de energía.
Clima. Las temperaturas más benignas este invierno permitieron una restricción en los consumos de energía.
Termina hoy uno de los inviernos más benignos de los últimos 100 años, lo que facilitó la reducción del consumo de gas y electricidad en hogares y atenuó el impacto de los aumentos de tarifas. Esto, a su vez, evitó al Gobierno una nueva crisis por las facturas, lo que le resultó favorable en términos electorales. Además, por la suba de tarifas y el menor consumo, disminuyó el gasto en subsidios en electricidad en unos $42.000 millones, aunque en gas aumentó unos $25.000 millones.

Las temperaturas más agradables se registran desde abril. En ese mes, la temperatura media en Capital Federal y GBA, fue de 18,9° frente a 17,3° de igual período de 2016. En mayo, la diferencia fue mayor: 15,9° este año y 12,6° el anterior. En junio de este año, 13,7°, y 10,6° en 2016, en julio 13°4 contra 10°9, y en agosto 15°2 frente a 13°8.

Como consecuencia de este fenómeno y del aumento de tarifas (cuánto se restringe el consumo por mayor precio sólo puede mensurarse a temperaturas parejas), el consumo de electricidad de los hogares cayó un 9,5% en abril, un 9,9% en mayo, un 11% en junio, un 6% en julio y recién en agosto se recuperó un 3,6%, según los datos de Fundelec. Sobre el uso del gas, no hay datos oficiales disponibles, pero según OETEC (Observatorio de la Energía) en el primer semestre del año, la demanda residencial del producto había disminuido un 18%.

Debido al menor consumo eléctrico, que incluyó también a los comercios y a las industrias en algunos meses, y al aumento del 100% en el precio mayorista de la energía que se verificó este año, las transferencias económicas a Cammesa (o subsidios para cubrir los costos de generación) disminuyeron un 55% en los siete primeros meses del año, pasando desde $66.850 millones en 2016 a $30.000 millones este año, según la información de ASAP. Todavía no están los datos de agosto, pero en principio hay que considerar que esta semana, en la disposición que modifica el presupuesto, hay una nueva reducción de las asignaciones a Cammesa por $4.619 millones, con lo cual, sin contar agosto, el ahorro del Estado suma $41.469 millones.

Con el gas, la situación es diferente, debido a que en las tarifas de usuarios residenciales y pequeñas demandas, el precio del gas se ubica hasta octubre próximo en u$s3,77 por millón de btu, siendo un poco más alto para industrias y centrales térmicas, pero el Estado les reconoce a las petroleras un valor de alrededor de u$s7 por la producción adicional con respecto a 2012. Entre enero y julio, las transferencias por el llamado Plan Gas pasaron a $17.000 millones desde $2.000 millones en igual período de 2016. Además, las transferencias a empresas privadas por la formulación y ejecución de la política de hidrocarburos pasaron entre las mismas fechas a $2.900 millones desde $300 millones.

Por otra parte, el Estado, a través de Enarsa, está a cargo de la importación de GNL para regasificar, cuyo precio es superior al que está en tarifas al público. En los siete primeros del año, Enarsa recibió $4.100 millones frente a $2.800 millones del año pasado. Pero esta semana, en la modificación presupuestaria se le asignaron $3.000 millones más, y faltan datos de agosto. Esto se explicaría porque según el INDEC, de enero a julio la importación de combustibles y energía disminuyó un 5,4% en cantidad, pero los precios resultaron un 17,7% más caros que un año atrás.

Otro tercer motivo no permite que bajen los subsidios por el gas. Hay dos fondos fiduciarios atendidos con recursos del Estado: uno para el llamado plan garrafa social, y otro para los consumos residenciales de GNL en la Patagonia, Malargüe y la Puna. Esos fondos se van ajustando en sintonía con los aumentos de tarifas, por eso el que corresponde a hogares con garrafas pasó a una asignación de $3.100 millones en los siete primeros de este año, frente a $880 millones del ejercicio anterior, un 39,2% más. Y el fondo para la Patagonia y otras zonas frías pasó a $1.000 millones desde $120 millones, unas ocho veces más.

Además, en el caso de este último, el Ministerio de Energía dispuso ayer una transferencia de $1.959 millones por las compensaciones para el período comprendido entre septiembre y enero. Por todos los conceptos, los subsidios para el gas aumentaron $24.359 millones hasta ahora y sin datos de agosto.

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