El dato político de la jornada, sin embargo, fue una novedad casi formal en el listado de requisitos para presentar la DJAI: pese a que la AFIP había dado a conocer el formulario con mucha antelación, e incluso su portal permitía «ensayar» cómo llenarlo, quienes quisieron iniciar el trámite ayer se encontraron con que a la versión conocida se le habían agregado dos ítems. Uno es la fecha estimada de embarque de la mercadería a importar; el otro, la fecha estimada de arribo de ese despacho al puerto.
Podría pensarse que se trata de una mera formalidad; además, no faltará quien argumente que es poco menos que imposible estimar esas fechas sobre un pedido que aún no se hizo.
Y sin embargo no es sólo una formalidad: esos dos datos son los únicos que estaban contenidos en la «Nota de Pedido» que se debe presentar vía mail ante Comercio Interior, pero que -hasta ayer al menos- no se encontraban previstos en la DJAI. En otras palabras: el formulario de Moreno tiene nueve columnas con datos a presentar; de esos nueve datos, la AFIP hasta la víspera pedía siete. A partir de la puesta en vigencia efectiva del régimen, esa diferencia desapareció.
El fin último, a nivel técnico, de este requisito debería buscarse por el lado de la necesidad de controlar el flujo de dólares; es obvio que con el dato de salida de destino y llegada a la Argentina, el Gobierno podrá regular cuándo llega cada embarque de acuerdo con su disponibilidad de divisas.
El retoque de la DJAI sin duda refleja lo que adelantó ayer este diario y que es perpor los empresarios:
no existen diferencias ni enfrentamiento entre Ricardo Echegaray (titular del organismo recaudador) y el poderoso secretario Moreno. Ambos están embarcados en la misma misión: impedir a como dé lugar que se sigan yendo dólares del país. Pese a esta indudable sintonía entre ambos funcionarios, el público importador pareció percibir que el poder real en esta coyuntura pasa por Comercio Interior. Así fue que la casilla de email que habilitó Moreno para presentar las «Notas de Pedido» (su propio formulario) colapsó a media mañana, ante la avalancha de correos electrónicos enviados por los aspirantes a ingresar mercadería.
La obligación de gestionar con antelación cualquier tipo de operación de comercio exterior sigue provocando preocupación entre los empresarios, que temen que se multiplique la fuerte traba que existe hoy para ingresar bienes a partir de la aplicación de las Licencias No Automáticas (LNA). Y si bien hay esperanzas de que este nuevo régimen finalmente facilite al menos el ingreso de los containers que siguen depositados en la Aduana, tampoco existe demasiado convencimiento de que esto vaya a suceder en el futuro cercano.
Fuentes de diversos sectores -«off the record», sabedores de la «mecha corta» de Moreno- relataron a este diario varios de los principales problemas que enfrenta la industria por la traba a las importaciones. Sólo por citar algunos casos:
Dejá tu comentario