Privilegio del placer visual

La muestra de Fabio Risso, al igual que las de Luna Paiva y Damián Crubellati (todas en la galería Braga Menéndez) eluden el rigor del conceptualismo para privilegiar el placer «retiniano».

La galería Braga Menéndez tiene estilo, suele eludir el rigor del conceptualismo para privilegiar, más que nada, el placer visual y «retiniano» que depara el arte, línea que confirman las muestras que exhibe en estos días de Luna Paiva, Fabio Risso y Damián Crubellati.

Al ingresar a la galería, Luna Paiva sorprende con la serie de fotografías «Vida de Diva», dedicadas a las vedettes, que incluye a Isabel Sarli. Hija del fotógrafo Rolando Paiva, Luna aprendió a manejar un cámara en plena infancia, hoy demuestra que sabe encontrar temas, encuadres e instantes perfectos. Las divas argentinas aparecen ataviadas para el escenario, cargando sus plumas en la intimidad de sus hogares y el contraste provoca extrañamiento.

Fabio Risso, al igual que Martín Legón o Nicanor Aráoz, es un pintor que comenzó su carrera en el espacio Appetit de la talentosa galerista Daniela Luna que hoy trabaja en China. Sus obras remiten de inmediato a la infancia. Su producción no oculta los sentimientos tiernos y la ingenuidad de su mirada, y acaso por esta razón sus colores estallan en medio de la sala blanca. Sus elaboradas pinturas están realizadas en témpera y los colores exaltados por las capas sobre capas de barniz. Luego, la vida doméstica irrumpe en las obras, no sólo en los temas, como la familia y los seres queridos, sino además con el uso de elementos no tradicionales como pan rallado, caracoles, objetos cerámicos y plásticos.

Crubellati utiliza técnicas el Medioevo, emplea el verdaccio como mecánica de construcción de la pintura. Desde ya, las obras remiten al arte medieval. (De martes a sábados de 13 a 20 horas, Humboldt 1574, hasta el 24 de noviembre)