El juez federal de La Plata Ernesto Kreplak dispuso el procesamiento de todos los involucrados en una maniobra de contrabando que fue revelada por Ámbito, y que se apoyó en una operatoria de sobrefacturación de importaciones de barbijos y guantes de látex que ingresaron aprovechando la emergencia sanitaria de la pandemia. Hace pocos meses, el magistrado había decidido la inhibición general de bienes de los directivos y accionistas de Guedula SA, la firma que hasta resultó difícil hallar cuando la Aduana, en septiembre de 2022 inició la denuncia por encontrar desfasajes en el valor de la mercadería que intentaron ingresar.
Procesamientos por sobrefacturar guantes y barbijos en la pandemia
Kreplak apuntó a los dueños de Guedula SA, quienes podrían haber aplicado en Uruguay los fondos obtenidos en importaciones infladas.
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Ernesto Kreplak
Los agentes especializados de la DGA-AFIP que conduce Guillermo Michel y por ARBA detectaron que mientras el precio unitario que se manejaba en otras operaciones era -en base a estudios de valor- unos u$s0,085 por par a de guantes (unos u$s8,5 por caja de 100), las de Guedula costaban u$s0,51, un 600% arriba de la media. Pero también ingresaron otros productos con similar operatoria como barbijos.
Pero de la resolución firmada por Kreplak a fines de la semana pasada, se desprende un tramo interesante respecto a la sospecha de que los fondos que se hicieron mediante esta operatoria en la que consiguieron dólares a valores oficiales, fueron luego aplicados a inversiones en Uruguay para la construcción de un centro comercial. Para el juez, se trata de “un grupo de personas que obtuvo dinero de manera ilegítima, que aportó millones de pesos y de dólares para la construcción del comercio antes indicado. Sobre el punto es de destacar que la empresa adjudicataria de dicha licitación en este país -Hatzlaja- no posee la capacidad económica para llevar a cabo tamaña inversión. Tampoco lo poseen sus socias Dowler Company y Weiss-”.
Es que lo más interesante es lo que se halló a posteriori de haber descubierto la maniobra: “no ha surgido un correlato entre las operaciones registradas y la documentación emitida por las sociedades para justificarlas. Más aún, en muchos casos, ni siquiera se advierte la existencia de documentación alguna”, puntualizó Kreplak en el énfasis que se pone además de en el contrabando agravado, en el lavado de dinero obtenido. Sin embargo, el magistrado no dispuso prisiones preventivas pero sí embargos millonarios. Los impactados son Víctor Javier Stolovitsky Colb, Ofelia Weiss, Daniel Arnaldo Ibarguren, Elizabeth Celia Vallejos, Clara Graciela Ribke, Guedula SA, Dowler Company SA y Hatzlaja SA. Hubo también faltas de mérito dictadas sobre dos de los imputados iniciales.
Los cargos son por 13 operaciones de lavado de dinero agravado y contrabando agravado. Stolovitsky Colb es el personaje central de la trama porque la madeja de empresas que están aparentemente no relacionadas lo tendría como un dueño real y oculto.
“Guedula SA -empresa sin actividad comercial comprobada- recibió dinero que aplicó para el contrabando por sobrefacturación y luego inyectó parte de los fondos provenientes de las maniobras indicadas, en sociedades vinculadas con la construcción del Shopping OH! Buenos Aires´, marca a la postre registrada por Stolovitsky Colb -a su nombre-. Ello con la intervención de la persona jurídica Hatzlaja integrada societariamente por Dowler Company y Ofelia Weiss”, detalló el procesamiento. Diversos testigos declararon que quien se hacía pagar sus gastos y tomaba las decisiones era Stolovitsky Colb. Intervino en la construcción de un Shopping en la localidad de Punta del Este, Uruguay, “OH! La Barra”; así como también en el emprendimiento “OH! Buenos Aires” a través de la utilización de la persona jurídica Hatzlaja SA. Parte de los fondos obtenidos a partir de la sobrefacturación de importaciones terminó en esos emprendimientos es lo que ahora determinó la Justicia.
Todo la secuencia se inició en el marco de la emergencia sanitaria del covid-19. Guedula SA trajo guantes y otros insumos que tenían como origen Malasia, Hong Kong y China pero que habían sido refacturados en Uruguay y Brasil. Las operaciones fueron sobrefacturadas en un 600% en comparación con igual mercadería que había ingresado a zona franca aduanera. Los giros al exterior por esas compras fueron triangulados a través de un banco con sede en Estados Unidos. La emergencia sanitaria permitía ingresar productos de uso médico que no pagaban derechos de importación.
Hubo una simulación de la justificación para hacerse de divisas del BCRA a valor oficial que luego terminaron siendo trianguladas. Es una causa que tiene todos los componentes pero que además dejó expuesto cómo no solo se intentó burlar el régimen cambiario con la excusa de la brecha, sino una operatoria que tuvo como fin aplicarlo a otras inversiones.
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