20 de noviembre 2008 - 00:00

Promesa del Central: "No vamos a regalar los pesos"

«Lo peordeltsunami yapasó»,afirmó elgerentegeneral delBancoCentral,HernánLacunza, ysintetizó:«Ahoravieneel tiempode hacer elinventario».
«Lo peor del tsunami ya pasó», afirmó el gerente general del Banco Central, Hernán Lacunza, y sintetizó: «Ahora viene el tiempo de hacer el inventario ».
La disparada que se observó en la tasa de interés de los plazos fijos desde que se agudizó la crisis parecería haberse frenado. «Juega un papel clave en momentos de estrés financiero como el actual, defendiendo los depósitos», dijo Hernán Lacunza, gerente general del Banco Central. En una exposición en el 8° Congreso de Economía, organizado por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas, el funcionario mostró cifras que indican la baja de la tasa, ya que la Badlar llegó a estar en 27% y hoy se ubica en 22%.

En cambio, en diálogo con Ambito Financiero, el economista Roberto Frenkel opinó que «en la Argentina existe un problema local generado por la incertidumbre que crea el propio gobierno», y consideró que «éste no es el mejor momento para un retoque del tipo de cambio». Aconsejó que «la tasa de interés se mantenga alta hasta que se estabilice el mercado cambiario y después se ajuste el tipo de cambio en un contexto donde no haya corridas».

Lacunza, en tanto, agregó que el BCRA pretende que el sistema financiero «actúe como amortiguador y no como generador de las turbulencias». Además, aseguró que la Argentina cuenta con reservas que representan 17% del PBI que le dan colchón para enfrentar los shocks externos, y ratificó que el BCRA se mantendrá con el norte puesto en evitar la rigidez en el tipo de cambio.

«No regalaremos los pesos», prometió, teniendo en cuenta que la entidad monetaria es prestamista de última instancia. «El sistema financiero tiene que saber que el peso está disponible, pero es oneroso», recalcó. Y opinó que «la clave está en no tener ni un tipo de cambio real tan bajo como para generar desempleo, ni tan alto como para generar inflación».

Si bien reconoció que no existen certezas en cuanto a la evolución de la crisis financiera internacional,señaló que a su juicio «lo peor del tsunami, del pánico, ya pasó», y anticipó que «ahora vendrá el tiempo de hacer el inventario de los destrozos que ocasionó».

En referencia al tipo de cambio, el directivo del BCRA insistió en que la política seguirá siendo de prudencia y de control. Por último, pidió no preocuparse porque el crédito hoy no sea 25% del PBI: «La aspiración es que sea 50% dentro de diez años, pero para eso tenemos que hacer un camino gradual y no correr más rápido de lo que nos dan las piernas porque seguramente vamos a tropezar», indicó.

Por su parte, Frenkel sostuvo: «No tengo críticas a las medidas del Banco Central, pero sí a lo que viene haciendo el gobierno». Fundamentó su afirmación en que «tenemos fuga de capitales y totalmente cerrado el acceso al mercado de crédito, y no como consecuencia de la crisis internacional, sino porque hicimos méritos propios».

En ese sentido, afirmó que «el año que viene tenemos que pagar u$s 8.000 millones de deuda pública cuando ya sabemos que el superávit comercial no será lo que fue este año, es más -aclaró-, tendremos suerte si tenemos superávit». Sin embargo, y aunque señaló que « necesariamente la tasa de crecimiento de la Argentina va a caer porque el mundo desarrollado ya entró en recesión», fue optimista en cuanto a que la actividad no se paralizará.

A diferencia de Estados Unidos, en la Argentina el nivel de endeudamiento del público es bajo, lo que en tiempos de crisis financieras se convierte en un beneficio. «Tener poco crédito es malo para el desarrollo, pero cuando hay crisis es bueno porque se tiene menos deuda», dijo el economista. Sin embargo, señaló que el ahorro que se observa en los argentinos obedece a que «hay incertidumbre por las medidas que toma el gobierno».

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