29 de enero 2009 - 00:00

Putin: “Estamos en el mismo barco”

Los primeros ministros de China y Rusia, Wen Jiabao y Vladimir Putin, fueron ayer dos de los principales oradores en Davos. Coincidieron en destacar la responsabilidad de EE.UU. y de Europa en la crisis.
Los primeros ministros de China y Rusia, Wen Jiabao y Vladimir Putin, fueron ayer dos de los principales oradores en Davos. Coincidieron en destacar la responsabilidad de EE.UU. y de Europa en la crisis.
Davos, Suiza - Grandes empresarios y dirigentes mundiales se reunieron ayer en la estación alpina suiza de Davos, en la 39ª edición del Foro Económico Mundial, que mostró esta vez la incertidumbre frente a la recesión que amenaza al planeta.
En señal de los tiempos que corren, las grandes figuras del sector bancario estadounidense estuvieron ausentes -al igual que los representantes de la nueva administración de Wa-shington- en un foro de ambiente menos festivo que en años anteriores, por la crisis económica mundial.
Las estrellas de su primera jornada fueron el primer ministro chino, Wen Jiabao; y su homólogo ruso, Vladimir Putin, que en discursos parecidos subrayaron la responsabilidad de las finanzas occidentales en la crisis, y pidieron más cooperación internacional.
Wen Jiabao abogó por «el establecimiento de un nuevo orden económico mundial justo, ecuánime, sólido y estable», y criticó el modelo estadounidense basado en el endeudamiento y un exceso de consumo. Y fijó como objetivo para su país un crecimiento del 8% en 2009, mientras que el Fondo Monetario Internacional sólo prevé un 6,7%.
«Políticas macroeconómicas inapropiadas en algunas economías y su modelo insostenible de desarrollo, caracterizado por bajos ahorros y alto consumo» se ubicaron primeros en la lista de razones de la crisis mencionadas por Wen. Al mismo tiempo dijo que Pekín y Washington deberían cooperar para enfrentar la crisis y cerró filas tras los esfuerzos del Grupo de los 20 para reformar el sistema financiero mediante una mayor regulación.
Putin, en su discurso inaugural, recordó que en el Foro de Davos de 2008, «los estadounidenses recalcaron la estabilidad fundamental de su economía. Actualmente, los bancos de inversiones, el orgullo de Wall Street, han desaparecido prácticamente».
El año pasado, la crisis parecía haber afectado sólo a los bancos occidentales que habían apostado en sus inversiones por los créditos hipotecarios de riesgo estadounidenses (subprime). China e India, además, se erigían como los salvadores del planeta ante la recesión.
Expositores
Ahora, todo el mundo está afectado por la crisis. «Estamos en el mismo barco», resumió Putin ante buena parte de los 2.500 prestigiosos participantes en un foro por el que también pasarán unos 40 jefes de Estado y de Gobierno.
Davos será la sede hasta el sábado de las intervenciones de la canciller alemana, Angela Merkel; y los primeros ministros de Gran Bretaña y Japón, Gordon Brown y Taro Aso, cuyos países han gastado cientos de miles de millones de dólares para combatir la crisis.
El presidente de México, Felipe Calderón; Colombia, Álvaro Uribe; y el canciller brasileño, Celso Amorim, serán los máximos representantes latinoamericanos en Davos.
Mientras que en Washington el FMI publicaba nuevas y sombrías previsiones de crecimiento para 2009, un estudio de los consultores de PricewaterhouseCooper (PwC) mostró que la confianza entre los más de mil empresarios presentes en Davos «ha caído en picado». Hace un año, la mitad de ese millar se decían «muy confiados», mientras que ahora sólo son un 21%.
El foro, además, refleja la actual crisis, con pocos cócteles y veladas, y la ausencia de artistas de reconocido compromiso en temas sociales, como el cantante del grupo U2, Bono, que cada año acudía a Davos a abogar por la causa de los países endeudados de África y en esta ocasión no estará presente.
Entre lo más destacado de lo sucedido ayer, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, instó a reformar el «frágil» sistema financiero global. Dijo que el G-20 estaba haciendo un «buen trabajo» en las políticas para dejar atrás los problemas en el sistema financiero, pero que se necesitaban reformas de fondo.
«Todos pueden ver que el sistema actual es demasiado frágil, y que tenemos que reintroducir un elemento de recuperación y que necesitamos hacerlo sin consideraciones de ninguna clase a intereses creados», dijo.

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