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Revelador debut de la Orquesta Metafísica

Lo primero que llama la atención en este excelente disco es el arte de tapa, que recuerda esas portadas de grabaciones de space rock electrónico tipo Tangerine Dream con dibujos cósmicos. Luego, por supuesto, está la música, de lo más original y contundente en la escena independiente local, en un estilo que se podria definir entre el jazz moderno y el art rock, con toques tangueros aportados por el bandoneón de Pablo Gignoli aunque la agrupación tiene una gran cualidad de no destacar ningún instrumento por sobre los demás.
Esta cohesion es un gran punto a favor de la Orquesta Metafísica, ya que el virtuosismo de sus músicos podría haber derivado en instrumentaciones gratuitas. El pianista y compositor Sebastián Volco hace maravillas en distintos teclados, siempre en perfecta conjunción con los otros músicos, con grandes momentos para la percusión de Sebastián Ricciardi y los vientos de Fabian Araya, que equilibran la oscuridad con los momentos de luz de la suite que ocupa casi todo el CD, es decir los «Siete Movimietos» a los que se refiere el título. Luego hay dos temas a modo de bonus, también instrumentales, que dan un poco más de luz, especialmente «Mi chaparrita». Esta orquesta está para las grandes ligas, y quienes consigan este primer CD deberían conservarlo como un verdadero tesoro. La música que aquí se escucha es como un buen partido de ajedrez jugado por alguien a quien no le interesa ganar o perder, sino el juego en si mismo: hace trabajar la mente y los distintos diseños formados por las piezas en el tablero relajan el espiritu.
Diego Curubeto


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