28 de junio 2011 - 00:00

River peor: quedó a un paso de presentarse en concurso

Daniel Passarella
Daniel Passarella
Daniel Passarella y la Comisión Directiva de River deberán tomar en las próximas horas una decisión: o consiguen financiamiento por aproximadamente u$s 50 millones o deberían presentar al club en concurso de acreedores. Esta última habría sido la recomendación ayer de algunos asesores financieros que trabajan con la actual conducción, al comprobar en los libros contables que la realidad del pasivo superaría los $ 220 millones. Del total de ese dinero, tres serían los acreedores clave: la AFA, el Estado nacional y los propios jugadores. De hecho, al plantel que defendió a River en la Promoción que perdió ante Belgrano de Córdoba se le adeudarían unos 22 millones de pesos, que estarían documentados recientemente por la propia conducción del club.

Las autoridades encabezadas por Passarella, que hoy daría una conferencia de prensa, analizaron ayer además las pérdidas de ingresos que afrontarían desde ahora a partir del descenso al Nacional B, con lo que cumplir con las obligaciones financieras sería utópico. Una fuente de la auditoría externa aseguraba a este diario, con ironía, que «Grecia está en una situación más cómoda. Pero esto era hasta ayer, contabilizando los ingresos de un club de Primera División».

La recomendación de presentarse al concurso la habría hecho la propia agencia fiscalizadora interna, que ya le habría aconsejado al presidente del club la misma decisión a comienzos del año pasado. En ese momento, el ex DT habría asegurado tener casi cerrado un acuerdo con un grupo inversor (Perlas) por más de u$s 50 millones. Ese dinero, según se aseguraba, sería destinado a comprar jugadores para potenciar el primer equipo. La idea de la movida era doble. Por un lado, se buscaba aumentar el activo de River a partir de la incorporación de futbolistas de alta cotización y segura reventa, equilibrando el pasivo con la suma del valor del plantel profesional. Por otro lado, se intentaba liberar dinero destinado a la compra de jugadores, para equilibrar los gastos corrientes.

El acuerdo con el grupo inversor nunca llegó. También fracasaron los intentos para formar un Fideicomiso Financiero. En algún momento, la dirección de River intentó convencer a un banco público para realizar la operación, lo que fue rechazado. Tampoco hubo suerte de parte de inversores privados. Luego, cuando el equipo comenzó a tener problemas con la continuidad en la Primera División, directamente las negociaciones se suspendieron y se habló de volver a discutir la cuestión después de la definición del torneo que finalmente llevó a River al Nacional B.

El principal problema hacia adelante del club serán los ingresos, además del abultado pasivo. Sucede, que según los datos institucionales, el club recibió hasta ahora unos 7,5 millones de dólares anuales por derechos de televisión, que se reducirán drásticamente en el futuro inmediato. Ayer el propio Gobierno le dio una luz de esperanza, al garantizarle la transmisión en vivo por Canal 7 cuando juegue de visitante. Sin embargo, el dinero disponible deberá ser siempre menor que el que se le tributa a un equipo de Primera División. Esto es, unos u$s 2 millones, aproximadamente. River podrá, sin embargo, licitar sus partidos de local, según una interpretación esperanzada de la ley de medios que se hacía ayer dentro del propio club.

Supone el club, además, que se mantendrán los ingresos por sponsors (Petrobras, Adidas y Tramontina) y que se incrementarían los de ventas de camisetas a partir de la «pasión» que surgiría por un River jugando en Nacional B.

También se espera una entrada fuerte de divisas por la frenética venta de jugadores que se desataría, fundamentalmente por las colocaciones (que se consideran firmes) de las dos perlas, al menos hasta hace un fin de semana: Eric Lamela y Rogelio Funes Mori. Por ambos, en algún momento, Passarella esperaba recibir más de u$s 20 millones. La cifra se reduciría a la mitad.

Lo seguro es que el club deberá comenzar ahora a manejarse con un presupuesto más reducido y ante una posible situación de concurso preventivo. Esto implicaría que la Justicia, si determina el concurso «proveído», nombrará un síndico, que fiscalizará cada movimiento financiero del club. Éste recomendará luego al tribunal el plan para cumplir con los acreedores, la eventual quita para éstos y el presupuesto definitivo para poder invertir en un futuro equipo. River no será el primer club grande en pasar por esta situación. Racing, San Lorenzo e Independiente vivieron procesos similares. Según algunos actores de estos concursos, la decisión resultó finalmente positiva.

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