- ámbito
- Edición Impresa
Sanders intenta poner un sesgo progresista en el futuro Gobierno
Su éxito tendrá que ser canalizado por el partido. ¿Podrá un “outsider” cambiar las reglas de juego internas o se trata sólo de una instantánea electoral?
No lo hizo, pero nadie avizoró entonces que el senador "socialista democrático" sería una verdadera piedra en el zapato del establishment partidario y que detrás de él se encolumnaría uno de los sectores hasta entonces más reticentes a involucrarse en política, los jóvenes, lo que obligaría a la dirigencia de la fuerza a aceptar un debate sobre las posturas progresistas.
La campaña de Sanders, que obtuvo éxito de la mano de la llamada "revolución de la política" (una conjugación de políticas sociales inclusivas, redistribución de la riqueza y estricto control a los mercados), vino a poner frente al Partido Demócrata una realidad: la unidad no era tal y las viejas recetas para ganar elecciones ya no eran válidas.
El senador, que batió récords de recaudación de fondos de pequeños donantes, batalló hasta el final aun cuando sabía que no tenía chances de vencer a Clinton. Logró en el camino 1.900 delegados y 12,3 millones de votos (3,9 millones menos que la ex secretaria de Estado).
Su estrategia fue que su cosecha política superara el momento electoral, de modo de instalar la discusión sobre un giro a la izquierda de la estructura demócrata. Acorralado por el impredecible fenómeno Trump en la vereda de enfrente, el establishment no tuvo otra alternativa que aceptar el debate. Pero ¿cuánta de esa apertura superará la fecha de vencimiento del 8 de noviembre, cuando las urnas sentencien el resultado?
"Esto nunca se trató de una campaña, o de un candidato, sino de cambiar a los EE.UU. y movilizar a los votantes progresistas. Vamos a seguir la pelea", afirmó a Ámbito Financiero Erika Andiola, secretaria nacional de prensa para latinos del excandidato, quien indicó que a mediano plazo Sanders mantendrá su capital político interviniendo en la elección de postulantes progresistas a nivel local, estadual y federal.
El margen de acción del senador dentro del partido aún no está claro. Por el momento, logró que el programa demócrata incluya sus principales reivindicaciones: un aumento del salario mínimo a 15 dólares por hora, gratuidad universitaria para estudiantes pobres, mayor carga impositiva para los ricos y abolición de la pena de muerte, entre otros.
En opinión de Mark Jones, analista y profesor de la Universidad de Rice (Texas), el impacto producido por el senador no será mayor. "Lo más probable es que casi todo el capital político que Sanders reunió sea dilapidado por el establishment, aunque como necesita movilizar a su gente hasta el 8 de noviembre, seguramente Hillary y la conducción partidaria los halagarán. Pero después de que ella obtenga la victoria, casi todo va a quedar en palabras", señaló en diálogo con este diario.
"El impacto mayor de su candidatura fue que reveló que existe un electorado importante que apoya ideas demócratas-socialistas y está dispuesto participar en las primarias. Eso podría inspirar a otro candidato progresista en 2020 en el caso de que Trump gane o incluso motivar que el ala izquierdista enfrente a Clinton si su primer mandato resulta demasiado centrista", señaló.
Los delegados de Sanders prometieron hacerse oír en la Convención que comienza hoy en caso de que el comité partidario no cumpla las promesas. Una vez culminado el proceso electoral, su presión sería, no obstante, nula.
En cambio, para Javier Maza, estratega de campañas políticas, el senador ganó un gran espacio político, especialmente entre los votantes de entre 18 y 29 años. "Lo que le tocará hacer es mantener vivo su movimiento, para lo cual deberá crear nuevos liderazgos juveniles y desarrollar una estrategia de comunicación política que lo mantenga en la vitrina del 'mainstream media' y las redes sociales para conservar y aumentar su presencia", consideró.
"De pronto, su movimiento crece y adquiere identidad propia como una alternativa frente a los desgastados partidos Republicano y Demócrata. Hay que recordar que, hoy en día, 7 de cada 10 estadounidenses están descontentos con el establishment político", añadió.
Por ahora, Sanders es una realidad que caerá con todo su peso en una Convención compleja. En Filadelfia, para cientos de votantes, "la revolución política" sigue siendo un horizonte a conquistar. Por eso, contra un resultado cantado, invadieron ayer las calles al grito de "Bernie for president".
Dejá tu comentario