18 de diciembre 2013 - 00:00

Scioli y De la Sota, elogios y gestos entre cofrades PJ

Daniel Scioli y José Manuel de la Sota, ayer en La Plata, con la excusa de firmar un convenio de promoción turística compartida pero un mensaje político claro que anticipa empatías  para la disputa por la sucesión presidencial de Cristina de Kirchner en 2015 desde el panperonismo.
Daniel Scioli y José Manuel de la Sota, ayer en La Plata, con la excusa de firmar un convenio de promoción turística compartida pero un mensaje político claro que anticipa empatías para la disputa por la sucesión presidencial de Cristina de Kirchner en 2015 desde el panperonismo.
Como en otros tiempos, en el caótico 2003 con Eduardo Duhalde como presidente interino, y en los de la frialdad que le impuso Néstor Kirchner cuando era vicepresidente Daniel Scioli desempolvó el recurso del turismo como herramienta política.

Como secretario de Turismo y Deporte de Duhalde, lo usó para adquirir visibilidad y recorrer el país. Como vice, enfrizado por el patagónico, lo retomó para salir de gira y mostrar su gestión reciente como currículum de administrador.

Una década más tarde, en su segundo mandato como gobernador bonaerense, Scioli reactivó el viejo truco del plan turístico como excusa para mostrarse con otros gobernadores. Lo hizo, ayer, con José Manuel de la Sota, el cacique peronista de más antigua mala relación con Cristina de Kirchner. Ayer, junto a De la Sota, el bonaerense lanzó una frase de alto valor simbólico. "El turismo tiene, como la política, la facultad de integrar" aseguró.

"Nadie se puede enojar", decían ayer en La Plata sobre la recepción que Scioli le hizo al cordobés. Y recordaban que una semana atrás, De la Sota estuvo con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, mientras que, también días atrás, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo -que ya confesó su deseo de meterse en la disputa presidencial de 2015- se mostró con Mauricio Macri, otro mandatario opositor a la Casa Rosada.

Picardías para empardar los movimientos autónomos del gobernador con las reacciones de otros dirigentes del dispositivo K. Así y todo, la invitación de Scioli a De la Sota, a días del estallido policial que se viralizó en las demás provincias y le hizo pasar los "peores días", según dijo, a Scioli durante el acuartelamiento de la Bonaerense en algunos puntos de la provincia, tuvo un componente político adicional porque se produjo en medio de una lluvia de críticas del kirchnerismo al cordobés.

A pesar de eso, Scioli le puso una alfombra roja en La Plata y se prestó al juego de los elogios públicos como parte de una serie de guiños que explicitan la buena relación que une a los dos gobernadores. "Me considero su amigo y lo hemos sido durante todos estos años", dijo De la Sota como una manera de transparentar que durante el tiempo que chocó con la Casa Rosada siempre mantuvo abierto y fluido su diálogo con el bonaerense.

Scioli le devolvió el mimo político. "Desde el inicio de mi carrera política siempre encontré en José Manuel un consejo, una reflexión, un acompañamiento y un apoyo", dijo el anfitrión.

En la misma línea, como parte de un pase de baile en el que cada uno se mantiene parado en un lugar diferente respecto al Gobierno, el cordobés metió otra frase: "De lo que piensa cada uno somos respetuosos y en ese sentido nuestra convivencia se basa en que nunca nadie le falta el respeto a otro y ni tampoco al Gobierno nacional por las diferencias que uno pueda llegar a tener".

"Yo puedo tener una opinión crítica de muchas cosas, pero nunca irrespetuosa"
redondeó De la Sota, al final.

Viajero

En lo que va del año, Scioli hizo un viaje relámpago a La Rioja para firmar una serie de convenios y se mostró con el gobernador local, Luis Beder Herrera. Esa provincia es, además, la base de operación de Jorge Yoma, un habitual comensal en los asados de La Ñata que arma Scioli. Luego, el bonaerense, estuvo en Mendoza donde fue recibido por Francisco "Paco" Pérez. A esa provincia planea volver pronto para, como hizo con De la Sota, firmar un acuerdo de promoción turística compartida entre Buenos Aires y Mendoza. El otro destino que tiene agendado el gobernador es Entre Ríos, pago chico de Sergio Urribarri, el gobernador del peronismo K que ha tenido una parrafada hipercrítica contra Scioli.

De hecho, durante un encuentro de Gestar en su provincia, a principios de este año, excluyó expresamente a Scioli de la lista de invitados. Previamente, para darle cuerpo a sus críticas, lo acusó de tener un proyecto personal.

Ante de la entronización de Capitanich como jefe de Gabinete, Scioli y Urribarri se veían a sí mismos como los futuros rivales de una PASO interkirchenrista para definir la presidencial de 2015. Al sciolismo la idea de tener enfrente al entrerriano no le disgustaba porque lo ven menos sólido y más kirchnerizado que al chaqueño. "Con Urribarri se va a ir los ultra-K y con nosotros van a estar los sectores más razonables del proyecto" decían, entonces. La irrupción de Capitanich como jefe de Gabinete y potencial candidato K para 2015 modificó, al menos hasta ahora, esa variable.

Ayer, en La Plata, decían que la intención de Scioli era que al firmar el acuerdo "de gestión" con Urribarri, los dos gobernadores del PJ, más allá de rispideces pasadas, se muestren juntos.

En paralelo, así como en 2012, con el sello de La Juan Domingo, Baldomero "Cacho" Álvarez salió de gira para juntar voluntades detrás de Scioli 2015, ahora con perfil más técnico pero siempre con agenda política,uno de los que lleva adelante esa tarea es el presidente del grupo BAPRO, Santiago Montoya, que en las últimas semanas estuvo en Salta, Tucumán y Catamarca.

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