El Senado, controlado por los demócratas, rechazó una propuesta de la Cámara de Representantes de mayoría republicana que entregaría fondos provisionales al Gobierno a cambio de retrasar por un año el programa de salud conocido como "Obamacare". La ley que financia miles de actividades de rutina del Gobierno expiraba ayer a la medianoche
El proyecto de financiamiento retornó ayer por la tarde a la Cámara de Representantes, donde la oposición insistía en buscar la postergación por un año de la exigencia para que todas las personas obtengan un seguro de salud.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, advirtió que no habrá un proyecto de financiamiento sin medidas adjuntas.
El "recorte" de presupuesto "tendrá un fuerte impacto real en la vida diaria de los estadounidenses", alertó Obama ante el inicio inminente del nuevo año fiscal en EE.UU. "Se quedarán sin salarios, pero deberán pagar las facturas y los seguros", agregó.
"El cierre del Estado Federal llevará a una ruptura en la economía" del país y "los diputados republicanos son los responsables", acusó durante un discurso en la sala de prensa de la Casa Blanca.
"Un grupo de un partido en una cámara del Congreso en una rama del Gobierno no puede paralizar a todo el Gobierno sólo para volver a pelear el resultado de una elección", dijo Obama, aludiendo a la reforma sanitaria que fue punto central de su campaña por la reelección.
"El Congreso debe mantener funcionando al Gobierno, debe pagar nuestras cuentas a tiempo, y nunca, jamás, amenazar el crédito de EE.UU.", enfatizó en relación con la posibilidad de que el país entre en default a partir de mediados de octubre. El mandatario se comunicó anoche con Boehner para que el Capitolio vote el presupuesto.
La parálisis llevó al senador demócrata Charles Schumer a afirmar en la TV que "esto es una extorsión".
Si demócratas y republicanos no alcanzan un acuerdo habrá consecuencias tanto para ciudadanos como para turistas. Tanto unos como otros no podrán visitar parques nacionales, ni zoológicos, ni museos ya que estarán cerrados. Tampoco habrá recolección de basura en Washington DC, ya que el presupuesto de la ciudad debe ser aprobado por el Congreso.
Según el diario The Washington Post, la ciudad produce alrededor de 500 toneladas de basura cada semana. Los empleados federales tampoco trabajarán, a menos que no formen parte de servicios esenciales, como los controladores de tráfico aéreo.
Las oficinas del Departamento de Estado seguirán abiertas, pero la tramitación de documentos, como el pasaporte, podría retrasarse. Por otra parte, los dueños de pymes que necesiten un préstamo del Gobierno tendrán que esperar.
Ese cierre obligaría a mandar a casa a casi 800.000 funcionarios durante el tiempo que dure la escasez de fondos y podría costar más de u$s 1.000 millones a las arcas públicas.
Agencias EFE y Reuters, y Ámbito Financiero |
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