19 de mayo 2010 - 00:00

Temen baño de sangre en Tailandia

Bangkok - Centenares de soldados y al menos siete tanques blindados del Ejército tailandés ingresaron al cierre de esta edición en el campamento de los manifestantes opositores, denominados «camisas rojas». Se temía una batalla campal dado que un líder de las protestas antigubernamentales solicitó a sus seguidores que estén «listos» para combatir.

Al menos doce vehículos blindados de transporte de tropas equipados con armas automáticas fueron vistos alrededor del límite sur de la «zona roja», escenario de numerosos enfrentamientos durante el fin de semana. Varios camiones de transporte de tropas también fueron desplegados.

Un periodista local indicó que los soldados realizaban tiros al aire mientras llamaban a los opositores y civiles a retirarse del área inmediatamente. «¡Por favor abandonen la zona inmediatamente! ¡Los oficiales están por realizar una operación!», repetían los militares por el altavoz. Ante la llamativa movilización, el portavoz del Ejército, Sunsern Kaewkumnerd, se rehusó a confirmar si había comenzado una operación para dispersar por la fuerza a los opositores. «No responderé ninguna pregunta», declaró.

Blindados

«Estamos pidiendo a todos que estén listos para una ofensiva porque vehículos blindados están comenzando a avanzar en el área», aseveró, por su parte, Nattawut Saikua, uno de los cabecillas de las protestas.

Horas antes, el Gobierno tailandés había rechazado los repetidos llamados a un cese al fuego lanzados por los manifestantes y excluido todo tipo de negociación. «La situación podrá solucionarse y podremos llegar a unas negociaciones cuando los manifestantes se hayan dispersado», avisó el ministro Satit Wonghnongtaey, al excluir todo diálogo.

Las negociaciones están suspendidas desde el jueves pasado, cuando el primer ministro Abhisit Vejjajiva anuló su propuesta de organizar elecciones anticipadas a mediados de noviembre, exasperado por las exigencias cada vez más elevadas de los «camisas rojas» (ver aparte). Desde que empezó la crisis a mediados de marzo, unas 68 personas murieron y unas 1.700 resultaron heridas.

Agencias AFP, ANSA y Reuters

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