4 de diciembre 2013 - 00:00

Tucumán se lo tomó en serio

La Naranja trabajó con tiempo y de esa manera pudo llegar a su décimo título a nivel nacional

Con la copa en alto. Tras la obtención del título, los jugadores tucumanos dieron rienda suelta al festejo.
Con la copa en alto. Tras la obtención del título, los jugadores tucumanos dieron rienda suelta al festejo.
La campaña 2012 había sido floja. Pero más allá de eso, en Tucumán sintieron que se estaba perdiendo la mística. Que los jugadores le esquivaban a La Naranja. Será por eso que para este año la URT dio un giro de 180 grados para volver a abrazar la gloria: cambio del staff técnico y trabajo a largo plazo. Fue así que el seleccionado dirigido por Alejandro Molinuevo, Diego Ternavasio y José Macome inició antes que nadie los trabajos de cara al campeonato. No querían ser otra vez presa fácil de la improvisación y el tiro no les salió por la culata. Todo lo contrario: dio justo en el blanco.

El fixture le mostraba un comienzo como para ir calentando motores. Alto Valle en La Caldera era un rival como para seguir de pretemporada, esperando los partidos por los porotos. La goleada sirvió para ver si los chicos (ahora ya no tanto) debutantes como Machi Ledesma, Augusto López o Lucas Noguera, entre otros, no sentían el peso del debut con La Naranja en la piel. Sobrellevaron el momento con holgura y así, con esa confianza, armaron las valijas para jugar el partido: Los Dogos los esperaban en Córdoba.

Y en esa tierra enemiga se vio algo de eso que haría de este Tucumán un campeón: inteligencia, oportunismo y por sobre todas las cosas, coraje. Se impuso por 10 a 9 trabajando el partido, con paciencia, esperando su momento. La bocina indicó el final de ese partido y la clasificación naranja. Como premio extra, se sacó de encima a un rival complicado, que podría haber sido peligroso en instancias finales. Así fue como recibió al clásico norteño frente a Salta con una Caldera repleta, jugando el mejor partido del torneo y dando una verdadera exhibición de rugby. El 48 a 12 final lo dejaba en el primer lugar y definiendo las semifinales en casa.

Otro clásico se avecinaba. Buenos Aires es ese rival al cuál el jugador tucumano siempre le quiere ganar. Y se dieron con el gusto. Las Águilas quedaron atrás y el objetivo marcó un nuevo destino.

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