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Tucumán se lo tomó en serio
La Naranja trabajó con tiempo y de esa manera pudo llegar a su décimo título a nivel nacional
El fixture le mostraba un comienzo como para ir calentando motores. Alto Valle en La Caldera era un rival como para seguir de pretemporada, esperando los partidos por los porotos. La goleada sirvió para ver si los chicos (ahora ya no tanto) debutantes como Machi Ledesma, Augusto López o Lucas Noguera, entre otros, no sentían el peso del debut con La Naranja en la piel. Sobrellevaron el momento con holgura y así, con esa confianza, armaron las valijas para jugar el partido: Los Dogos los esperaban en Córdoba.
Y en esa tierra enemiga se vio algo de eso que haría de este Tucumán un campeón: inteligencia, oportunismo y por sobre todas las cosas, coraje. Se impuso por 10 a 9 trabajando el partido, con paciencia, esperando su momento. La bocina indicó el final de ese partido y la clasificación naranja. Como premio extra, se sacó de encima a un rival complicado, que podría haber sido peligroso en instancias finales. Así fue como recibió al clásico norteño frente a Salta con una Caldera repleta, jugando el mejor partido del torneo y dando una verdadera exhibición de rugby. El 48 a 12 final lo dejaba en el primer lugar y definiendo las semifinales en casa.
Otro clásico se avecinaba. Buenos Aires es ese rival al cuál el jugador tucumano siempre le quiere ganar. Y se dieron con el gusto. Las Águilas quedaron atrás y el objetivo marcó un nuevo destino.
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