Un súbito escándalo amenaza con poner en peligro una carrera que parecía imparable: según se reveló el miércoles, estrechos colaboradores de su equipo organizaron el año pasado masivos atascos en uno de los puentes más concurridos del país, el que conecta Nueva Jersey con Manhattan, durante cuatro interminables días. Todo por una "vendetta política" contra un alcalde local, el demócrata Mark Sokolich, por no apoyar al gobernador republicano en su reelección.
Más allá de los intensos atascos que esa acción (conocida como "Bridgegate") provocó, políticos locales como el senador Ray Lesniak denunciaron que se pudo llegar a poner en peligro vidas al dificultar el trabajo de los servicios de emergencias.
El asunto copó portadas y tertulias políticas las últimas horas. Es que Christie, un político que no deja indiferente a casi nadie, hace tiempo que es considerado un jugador político a escala nacional, con la meta muy concreta de la Casa Blanca."Esta conducta no es representativa de mi Gobierno y se depurarán responsabilidades", aclaró rápidamente. Dicho y hecho: menos de 24 horas después, ayer, el gobernador compareció ante la prensa para disculparse sin ambages y anunciar que ya empezaron a rodar cabezas, para empezar la de su jefa adjunta de gabinete, Bridget Anne Kelly, porque "me mintió.
"Quiero disculparme. Estoy avergonzado y humillado por la conducta completamente inaceptable de algunos miembros de mi equipo", dijo Christie al comienzo de un largo mea culpa que fue retransmitido en directo, y sin interrupciones, por las principales cadenas del país.
Eso sí, aclaró que "no tuve conocimiento alguno ni estuve involucrado en la planificación o ejecución de esto".
El gobernador repitió varias veces que el miércoles fue "la primera vez" que tuvo conocimiento de los hechos y aseguró que si se descubre más información sobre otros miembros de su equipo "tomaremos más acciones".
Agencias DPA, AFP y EFE |
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